Aunque la trombosis venosa profunda aguda es una enfermedad común, con consecuencias potencialmente mortales, sus signos y síntomas son inespecíficos, por lo que ante la sospecha clínica se debe confirmar con otras pruebas.

Evaluación clínica. Observar al paciente y ver qué síntomas presenta; investigar antecedentes, toma de medicamentos, historias de viajes, antecedentes de trombosis, cirugías previas.

Dímero-D: Con una sospecha baja o moderada, la primera prueba a hacer es el Dímero-D, que es un producto de degradación de la fibrina que se altera cuando tenemos un proceso trombótico o inflamatorio.

Una prueba negativa nos descarta una TVP, pero una prueba positiva nos obliga a hacer más estudios.

Econografía dúplex. Es la prueba de diagnóstico principal para la TVP. No es una prueba invasiva, está ampliamente disponible, es barata y con un mínimo riesgo de complicaciones. Pese a esto tiene sus limitaciones, por ejemplo que no nos permite estudiar las venas abdominales (vena cava y/o venas ilíacas); En estos casos podemos recurrir a otra prueba mucho más específica.

Venografía con tomografía computarizada. Es una tomografía en la que se inyecta contraste para ver el flujo venoso.

Con esta prueba podemos observar todo el árbol venoso, ver los trombos, su localización exacta y si hay obstrucción completa del flujo o no.

Es muy sensible y específica. Su limitación se encuentra en el coste.
Existen muchas otras pruebas diagnósticas, pero estas son las más importantes con las

que podemos tener un diagnóstico certero y las tenemos ampliamente disponibles en nuestro país.