Conozca a Villalta, el izquierdista que podría ganar las elecciones en Costa Rica

Conozca a Villalta, el izquierdista que podría ganar las elecciones en Costa Rica

José María Villalta. Foto AFP

SAN JOSE. AFP.  José María Villalta, uno de los favoritos para las elecciones del domingo en Costa Rica, es un activista social, ecologista y abogado de 36 años que encarna la tradición de la izquierda de Costa Rica.

Diputado único del partido Frente Amplio desde 2010 y ahora candidato presidencial, Villalta emergió como una opción de cambio ante la posibilidad de que el Partido Liberación Nacional (PLN), en el poder los últimos ocho años, consiga un tercer periodo consecutivo.

Su ascenso vertiginoso, en los últimos cuatro meses, está determinado según analistas tanto por su juventud como por su desempeño legislativo, que le proyectó una imagen de político honesto y combativo, hasta convertirse en serio rival para el aspirante oficialista, Johnny Araya. De contextura delgada, anteojos, bigote y barbilla que le dan un aire de intelectual, Villalta ha sido un diputado implacable en el control político y un orador fogoso y mordaz que con frecuencia genera polémica en el plenario legislativo.

Sus allegados lo retratan como solidario, sensible ante la injusticia social, exigente y perfeccionista. Sus detractores lo acusan de excesivamente confrontativo y un tanto «ligero» en sus juicios. El propio Villalta se describe como apasionado y tenaz, un poco terco, «trabajólico» e hipercrítico, condiciones que no le impiden disfrutar de paseos en la montaña y la playa o entregarse a la guitarra en sus ratos de ocio.

Hijo del «socialismo a la tica». Su carrera política se remonta a la época de estudiante en la Universidad de Costa Rica (UCR), donde llegó a ser dirigente estudiantil. Más tarde, tras graduarse de abogado, trabajó en la defensa y representación legal de organizaciones de trabajadores y campesinos y se vinculó al movimiento ecologista, en el que militó hasta que fue electo diputado.

Entre 1996 y 1997, se destacó en el fuerte movimiento social que se levantó en Costa Rica contra la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, finalmente ratificado en un referendo por estrecho margen. Pero quizá la experiencia más determinante de su trayectoria fue su trabajo como asesor del diputado José Merino del Río, electo para el periodo 2006-2010 por el Frente Amplio.

Al lado de Merino, español nacionalizado costarricense, brillante orador y experimentado político que en el pasado fue alto dirigente del Partido Comunista (PC), Villalta afinó algunas de las armas que luego lo llevaron al Congreso. Merino falleció en octubre de 2012 de una inesperada y agresiva enfermedad y Villalta tomó el liderazgo del Frente Amplio, que comparte con la viuda de su mentor, Patricia Mora, sobrina del fundador del PC, Manuel Mora.

Estas raíces en la vieja izquierda costarricense parecen ser su punto débil en la actual campaña, pues sus rivales le acusan sin tregua de propiciar para Costa Rica un modelo al estilo del chavismo venezolano. «Los que sienten el fantasma de (Hugo) Chávez son mis rivales, que tienen pesadillas, desayunan, almuerzan y cenan con Chávez. Hay algunas fuerzas políticas interesadas en que hablemos de lo que pasa en Venezuela para que no hablemos del desastre que han hecho los que han tenido el poder en Costa Rica», replicó Villalta, en una entrevista con la AFP.

Impulsor de un «socialismo a la tica», repite que no le interesa copiar modelos de otros países y que busca recuperar para Costa Rica un socialismo de fuerte raigambre democrática, respetuoso con las libertades públicas, equidad social y partidario de una economía con fuerte componente autogestionario. Él mismo se dice hijo de ese «socialismo a la tica», de logros sociales que «el neoliberalismo ha venido desmoronando». Nació en el seno de una familia de clase media, católica -aunque no es practicante-.

Su madre, de raíces peruanas, y su padre se divorciaron cuando tenía cuatro años. Villalta convive con una mujer que conoció hace 15 años y que curiosamente tiene el mismo nombre que la actual presidenta, Laura Chinchilla. Ambos tienen en común un niño de dos años y otro que, cuenta, «viene en camino».

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