Consecuencias de la huelga del Este

<P data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2009/03/7DD818F9-010B-412C-8B6C-1A8EAB9D576D.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=460 data-eio-rheight=317><noscript><img
style=

En entregas anteriores nos habíamos referido al maltrecho estado en que se encontraban las carreteras que conducen al polo turístico Bávaro-Punta Cana, advirtiendo que la mayoría de los múltiples accidentes fatales que ocurrían en las mismas, eran el resultado de las troneras que tenía el pavimento, las cuales al ser evitadas por los conductores, se producían colisiones fatales y pérdidas de vidas  valiosas de nacionales y extranjeros, que de haber estado la capa de rodamiento en buen estado, no hubiesen ocurrido.

Resaltábamos también el inmenso aporte al fisco que hace la región oriental, la cual ha sido cuantificada en el 64.2%. Entonces ¿Cómo ha sido posible que el Gobierno hiciera caso omiso a sus justos reclamos? ¿Por qué el secretario de Obras Públicas y Comunicaciones (SEOPC) no atendió a tiempo los pedimentos de arreglo de las vías de comunicación entre los diferentes lugares del polo turístico? Estas dos interrogantes sólo tienen dos explicaciones lógicas: a) falta de recursos de la SEOPC; o b) indolencia de su principal ejecutivo.

 Sea cual fuere la causa de estas dos deducciones, las dos tienen el mismo resultado. Ahora bien, si el secretario de la SEOPC hubiese advertido desde la primera huelga la carencia de fondos para el arreglo definitivo y busca un paliativo provisional, de seguro la huelga del 19 del mes que discurre no se hubiese producido.

 En la segunda hipótesis hay mucho de la prepotencia que algunos encumbrados funcionarios demuestran hacia la población que es la que paga sus salarios. Esa altivez ha sido el objeto de esta repulsa que ha desembocado en una costosa huelga al perderse en un solo día, aproximadamente 320 millones de pesos. Los conductores sindicalizados tampoco comprenden que esas paralizaciones y acciones violentas ahuyentan a su principal materia prima: el turista. Por eso, deben buscarse otros métodos que no afecten la imagen que tenemos los dominicanos de amistosos y pacíficos. Por lo tanto, obrar con cautela debe ser la consigna.

Hay otro dato que no sale a la palestra y es la contribución de los complejos hoteleros a la construcción del boulevard costero que enlaza al aeropuerto de Punta Cana con los principales lugares turísticos de la zona. Los hoteleros no han continuado con los aportes prometidos porque el Gobierno ha incumplido los plazos para la finalización de las obras. El atraso en los pagos es la norma y no la excepción. Por tanto, el escepticismo se ha apoderado de aquellos que la ruta debe beneficiar en primer lugar, más el verdadero ganador será el Estado Dominicano.

Prometer, prometer y no cumplir ha sido el patrón utilizado por el Gobierno, primero para ganar las elecciones y, segundo, para mantener latentes las esperanzas del pueblo. Esta última opción ha colapsado.

 En Higüey una promesa de campaña anterior fue la construcción del acueducto. El mismo se inició pero se paralizó. Después de una tragedia en la cual perdieron la vida más de cien reclusos, se inició la construcción de la nueva cárcel de Higüey, y la misma está en el limbo. La vía del Coral desde La Romana hacia Punta Cana, en estudio, y la autopista del Este desde San Pedro de Macorís hacia La Romana, marcha a paso de tortuga, o mejor dicho de cangrejo, después de más de diez años de iniciada.

Si a todos estos anuncios agregamos las calles en mal estado de las ciudades del Este, la falta de agua en varias comunidades, el problema de las drogas, los deslindes ilegales y la invasión de extranjeros ilegales el panorama no es alentador.

 Por tanto, se necesita la intervención vigorosa y a tiempo del Estado Dominicano para que no sólo se incremente el turismo, sino que mejore el modus vivendi de una población y una región que con los aportes que hace, debería estar, por lo menos, muy cerca del paraíso.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas