Consejo de Derechos Humanos reanuda trabajos en medio de graves crisis humanitarias

Consejo de Derechos Humanos reanuda trabajos en medio de graves crisis humanitarias

Ginebra. En medio de la tragedia humanitaria en Siria, del riesgo de genocidio en Sudán del Sur y del conflicto armado en el este de Ucrania, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU inicia este martes su segunda sesión anual con el reto de plantear ideas para aliviar estas crisis.

Fuentes diplomáticas de distintos países que están entre los cuarenta y siete que integran ese foro coincidieron en que esos tres países, junto con Corea del Norte y Bielorrusia, centrarán el interés de las próximas tres semanas de reuniones.

Los tres primeros, sin embargo, marcarán la agenda en términos de actualidad, así como el interés que los países han decidido poner en la lucha contra la discriminación contra las mujeres, tras el rapto de las más de doscientas niñas en Nigeria por parte de terroristas islamistas.

En esta misma línea, la sentencia de muerte a una mujer sudanesa que decidió abandonar el islam para casarse con un cristiano, el reciente crimen de honor en Pakistán y la violación y el ahorcamiento de dos jóvenes indias que pertenecían a una casta inferior han empujado a los países a intentar llegar a un consenso sobre las maneras de atajar este tipo de actos.

Los países occidentales también pretenden prestar atención a la comunidad LGTB (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales), cuya situación ha empeorado en los últimos tiempos en varios países donde se han adoptado severas leyes en su contra.

En cuanto a casos específicos, una fuente diplomática europea adelantó que algunos países occidentales consideran la posibilidad de presentar un proyecto de resolución sobre Ucrania, en colaboración con ese país.

La idea es que en ella se incorpore una mención a Crimea y particularmente a la situación de la minoría tártara, que preocupa a la agencia de la ONU para los derechos humanos por los problemas que está sufriendo desde la anexión de este territorio a Rusia.

Sobre la guerra civil en Siria, las delegaciones en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) se preguntan si es útil promulgar una nueva resolución de condena, en vista de que las que se han aprobado hasta ahora no han dado ningún resultado concreto.

La principal preocupación en este caso es el acceso a los más de dos millones de personas que necesitan urgentemente pero no reciben ninguna ayuda humanitaria, así como evitar que los crímenes cometidos queden impunes.

En Sudán del Sur, algunas capitales consideran que se requieren mayores esfuerzos de supervisión e información sobre las violaciones de los derechos humanos que ocurren allí.

“Se trata de una cuestión ética, no podemos ignorar que estamos nuevamente al borde de un genocidio”, declaró una diplomática.

Por evidentes y graves que sean las crisis en cuestión, a ningún observador escapa que la mayoría de estos temas reavivarán las divisiones entre los países que se oponen por principio a cualquier acción que pueda percibirse como una “intromisión” en cuestiones internas y los que defienden que los derechos humanos están por encima de esta consideración.

Esta será, además, la última sesión en la que participará la actual alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la sudafricana Navi Pillay, quien concluirá su mandato a finales de agosto y cuyo sucesor aún está por ser elegido.

“Pillay ha sido una líder franca y sin reservas al denunciar las tendencias de los abusos de los derechos humanos, hablando en voz alta de situaciones sobre las que ni el Consejo de Seguridad de la ONU podía discutir”, comentó sobre ella un delegado ante el CDH.

Esta será justamente la primera sesión de este foro, creado en 2006, en la que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) participarán como miembros plenos, lo que algunos creen abre la posibilidad de avanzar concretamente en ciertas cuestiones.

Otros piensan, sin embargo, que esta coincidencia no hará más que perpetuar las divisiones que primero la crisis sin resolver en Siria y ahora la que atraviesa Ucrania han acentuado.

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