CARACAS (AFP).- Una masiva participación de los venezolanos en el referendo sobre la revocación del mandato del presidente Hugo Chávez, obligó a una inusual prolongación del cierre de la votación hasta la medianoche del domingo, acentuando la expectación sobre el futuro del quinto exportador mundial de crudo.

   La afluencia de votantes fue de tal magnitud que el Consejo Nacional Electoral (CNE) amplió por seis horas, hasta la medianoche del domingo (04H00 GMT del lunes), el plazo para el cierre de las mesas. Pero después de la medianoche seguían votando. 

   «Hemos tenido cifras de participación históricas como no veíamos en este país desde hace 30 años», aseguró dijo Jorge Rodríguez, uno de los cinco directivos principales del Consejo, en un mensaje radiotelevisado.

   «El Centro Carter ha participado en más 50 elecciones alrededor del mundo. Esta es la presencia de votantes más grande que yo he visto hasta ahora», dijo el ex presidente norteamericano Jimmy Carter a periodistas.

   La afluencia masiva no fue el único factor de demoras. La lentitud del proceso de votación enardeció los ánimos de los votantes. «¡Queremos votar!, ¡queremos votar!», vociferaba un grupo de votantes en las afueras del Liceo Andrés Bello del sector residencial de Chacao (este), que aseguraban haber esperado más de diez horas.

   «Esto ya se convirtió en una cuestión de orgullo. Nosostros no nos moveremos hasta que expresemos nuestra voluntad», dijo uno de ellos, Juan Marten.

   La jornada transcurrió con incidentes aislados que dejaron tres muertos y 13 heridos, uno de ellos horas antes del inicio del comicio. Un persona murió y 10 fueron heridas por disparos de un grupo de motorizados frente a un centro de votación en Caracas.  Una mujer murió a causa de un disparo accidental de un soldado en otro centro de votación.

   Carter dijo que según los observadores del Centro que preside, el comicio «se está desarrollando con normalidad» e instó a cumplir con las directrices del CNE.

   Chávez, un populista de izquierda de 50 años, instó a esperar «con calma y preparémonos mentalmente, anímicamente, con mucha alegría, para aceptar el resultado». «Aceptaremos cualquier resultado», dijo Chávez luego de emitir su voto.

   También instó a no presionar al CNE, que «sabrá en qué momento ellos tengan la solidez de los números para dar un resultado al país».

   Para revocar el mandato de Chávez, la oposición requiere unos 3,8 millones de votos -más del 25% de un electorado, que supera los 14 millones- y que el oficialismo no obtenga más sufragios que los opositores.

   El Secretario General de la OEA, César Gaviria, se sumó al pedido del ex presidente Carter y pidio «paciencia» a los electores que forman kilométricas filas, al tiempo que ambos exhortaron a oficialistas y opositores a no anticipar resultados.

   Carter subrayó que «cualquier proyección anunciada antes de tiempo podría constituir una perturbación para el proceso».

   Muchos votantes atribuyeron el retardo de la votación a las fallas técnicas y la inasistencia de técnicos de las máquinas «cazahuellas» utilizadas para evitar fraudes.

   Tras una semana en la que el petróleo batió récord tras récord, cerrando el viernes a 46,58 dólares en Nueva York, el mercado está atento al resultado del referendo.

   Venezuela, único miembro latinoamericano de la OPEP y quinto exportador mundial, produce entre 2,5 y 2,6 millones de barriles diarios, según los analistas que manifiestan temores ante una eventual interrupción del suministro.

   A partir de las tres de la madrugada comenzó a darse el toque de diana para alentar a la gente a votar temprano, con una fuerte cohetería. Incluso antes de esa hora había gente haciendo cola en varias mesas de votación, y el movimiento de electores era ostensible.

   El líder de la alianza opositora Coordinadora Democrática, Enrique Mendoza, llamó en la noche del domingo a sus simpatizantes a mantenerse en las filas «hasta que voten» y agregó que «ese es su derecho y su responsabilidad histórica con Venezuela».

   Mendoza, se quejo por los retrasos provocados en la votación por el uso de máquinas cazahuellas que señaló «se han convertido en el elemento de sabotaje».

   El dirigente opositor Henrique Salas Römer calificó por su parte de «abuso» que la gente deba esperar «seis u ocho horas» para votar debido a el uso de las máquinas.

   Ex gobernador del industrial estado Carabobo (100 km al oeste de Caracas) y que fuera derrotado por Chávez en las elecciones de 1998, Salas Römer dijo asimismo que «desde 1958 no había visto una concurrencia tan masiva» de votantes.

   En los alrededores de las mesas, se observó la movilización de motociclistas simpatizantes del chavismo, quienes lanzaban vítores y consignas a favor del gobernante bajo la mirada de militares que resguardan el proceso.

   Chávez asumió la presidencia en febrero de 1999 tras ganar las elecciones con el 56%. Impulsó una reforma constitucional que fue refrendada en 1999, y en 2000 fue relegitimado en la presidencia para gobernar por seis años.

   Ex teniente coronel del ejército, Chávez intentó un golpe el 4 de febrero de 1992, por lo que fue encarcelado hasta 1995, cuando fue indultado por el entonces mandatario Rafael Caldera.

   El modelo populista, nacionalista y antiimperialista de Chávez genera un furibundo rechazo de los partidos tradicionales de Venezuela, a los que el mandatario desplazó del poder en las urnas en las elecciones de 1998.