Hoy 
El Consejo Superior Policial habría acordado recomendarle al Poder Ejecutivo la cancelación del mayor Wascar Antonio Cavallo Deñó y del coronel Manuel de Jesús Feliz Bello, padre y superior inmediato, del cabo Wascar Antonio Cavallo Montero, a quien las autoridades acusan del asesinato del teniente coronel César Augusto Ubrí Boció, supuestamente para robarle una yipeta.
La decisión se tomó porque ambos oficiales superiores no tenían ningún control de los actos delictivos a los que se le vinculan al imputado.
De acuerdo con informes obtenidas por este diario, en una reunión realizada ayer, y que se prolongó por más cuatro horas, el Consejo trató, entre otros temas, el reintegró de Cavallo Montero, quien había sido cancelado del cuerpo del orden por mala conducta.
En 2008 el Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional descargó al imputado, por insuficiencia de pruebas, de la acusación de robo de vehículo, porte y tenencia de armas y la muerte de Marte Jáquez Ortiz, hechos en los que habrían participado otras personas.
El organismo profundizará las investigaciones para establecer cómo Cavallo Montero obtuvo su reingreso a las filas policiales.
Con la medida se espera detectar otros casos similares, para expulsarlos de la institución.
El Consejo Superior Policial fue presidido por el mayor general José Armando Polanco Gómez, jefe de la institución, y contó con la asistencia de los mayores generales José Aníbal Sanz Jiminián, director de Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet), y Rolando Rosado Mateo, presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), en calidad de observador.
Otras medidas. El Consejo Superior Policial, conforme a los datos divulgados a Hoy, acordó además realizar, en los próximos días, un arqueo general para determinar la ocupación y ubicación de cada uno de sus miembros, sin importar donde estén asignados.
El mecanismo de control se realizará a través de la nómina de pago, con la supervisión de oficiales de Asuntos Internos y de Recursos Humanos.
El objetivo de la medida es identificar a qué se dedican los agentes de la Policía, y a la vez detectar posibles irregularidades en cuanto a la cantidad de efectivos asignados a oficiales superiores para servicio, así como seguir recuperando personal para incluirlos en las labores de patrullaje.
