Consejos a un periodista

Consejos a un periodista

SAMUEL SANTANA
1.
No deje que tu alma se pierda en la bruma de la mentira y el engaño de hombres ególatras y ambiciosos que se cubren bajo el manto del simulacro para aparentar ante sus congéneres lo que no es propio de su carácter.

2. Las palabras escritas reflejan claramente lo que hay en el alma. Por lo tanto, cuando hagas un planteamiento, cuida que tus ideas no estén contaminadas por el odio, el resentimiento, la amargura, el orgullo, la vanidad y la adulación.

3. Combate la frustración con ahínco. Ella desea apoderarse de todo aquel que no ve avance en la lucha contra el mal. La injusticia suele superar la verdad entre los hombres, pero no por esto se debe dejar de plantear lo que es correcto. Se debe continuar adelante aunque la autoridad se postre ante el soborno, el poder se prostituya, la religión se corrompa, el bandido sea liberado y el juez tuerza el derecho. No hay mayor recompensa que la satisfacción por el deber cumplido.

4. Tenle temor sólo a lo que te pueda corromper. La verdad requiere de hombres valientes que estén dispuestos a sacrificarse por ella. Esfuérzate en impedir que fulminen el ánimo con que debes combatir las andanzas de los corruptos y malignos que se llevan entre sus garras los beneficios del pueblo y que aplastan a los débiles sin compasión ni misericordia.

5. Evita acrecentar la fama del villano. Pon tus palabras solo al servicio de quien lucha desprendidamente por el bien de los demás.

Huye de quien en nombre de la fe, el amor y el servicio busca primero sus propios beneficios.

La humildad, la sencillez y la entrega a los demás son las tres grandes prendas de todo buen hombre. Nunca caigas en la repugnante conducta de adular a quien te quiere comprar. El hombre de valor sólo atrae por la fuerza de su carisma.

6. Cuida tus ojos y tus oídos. Esfuérzate en encontrar la verdad de las cosas y no dé crédito a lo de simple apariencia.

7. Valora la honra de tu prójimo como la tuya misma.

8. Ejerce tu oficio cual sacerdocio sagrado y puro. Piensa en que tu compromiso es con Dios y con los mejores intereses de tu pueblo. Aunque los demás pongan de lado la verdad, no dejes de cumplir con lo que es tu deber.

9. Que nadie tenga en poco lo que eres y quien eres. Hombres altaneros habrán que querrán tirar por el suelo tu condición para doblegarte ante sus pretensiones maliciosas y sus andanzas descarriladas.

10. Por último, usa tu poder con las palabras para forjar los valores que serán la herencia de las generaciones que nos habrán de sustituir.

* Una reflexión escrita para mis apreciados jóvenes alumnos de la sección de periodismo en el seminario y para todos aquellos hombres y mujeres comprometidos con la verdad.

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