Consejos electorales dados por Juan Bosch

Consejos electorales dados por Juan Bosch

A partir de 1966 y de manera ininterrumpida en la República Dominicana se han registrado certámenes electorales para presidente y vicepresidente de la nación cada cuatro años. Dicho período incluye la elección de los jefes de Estado: Dr. Joaquín Balaguer, Don Antonio Guzmán, y el Dr. Salvador Jorge Blanco, notándose la excepción del Dr. Leonel Fernández Reyna quien fuera elegido en 1996, dos años después de la accidentada contienda de 1994.

Las campañas variaron en matices y estilos, aún cuando todas tuvieron algunos temas sociales en común. La de 1966 se caracterizó por ciertas peculiaridades importantes ausentes en todas las restantes. Una de esas singularidades lo fue el hecho de que el escrutinio se llevó a cabo ante la presencia de tropas militares de ocupación. Otra característica especial la constituyó la situación de guerra reciente y de terror continuo a que había sido sometido el país.

Solamente la pericia y la capacidad de liderazgo contenida en los dos recios intelectuales que se disputaron las preferencias del electorado, es decir, el profesor Juan Bosch y el Dr. Balaguer, permitió que tal evento no desembocara en un mayor hundimiento de la mancillada patria. Por considerarlo de relevancia para el actual proceso eleccionario hemos decidido insertar algunos párrafos de una de las alocuciones que en aquella difícil situación vertiera a los militantes y simpatizantes de su organización política nuestro imperecedero maestro Juan Bosch.

Decía don Juan en su discurso del 8 de mayo de 1966: «Queremos decirles que contra la esperanza y la fe del pueblo se mueven muchas fuerzas, una de ellas es la corrupción: quieren comprar al pueblo como se compra una libra de carne. Otra de ellas es el terror: quieren asustar al pueblo para que no manifieste sus sentimientos… queremos hablar con la lengua que usamos en la campaña de 1962. Dominicano, si van a corromperte, búrlate de los corruptores; si te dan dinero, coge dinero; si te dan comida, coge comida; si te dan ropa, coge ropa; coge lo que te den, pero a la hora de votar, vota por quien te diga tu corazón, que no hay corazón que engañe a su dueño. No te vendas como carne, por libras, que tú eres un ser humano a quien Dios trajo al mundo para que viviera mejor que los animales que se venden en las carnicerías. No le hagas frente al guapo que quiere meterte miedo, dile que tú eres lo que él quiere que tú seas y mantente fiel a tus ideas en la soledad de tu corazón, porque a la hora de votar, sólo Dios y tú sabrán por quién has votado».

A seguida continuaba el profesor Bosch: «Engaña al que te amenaza, que con eso no estás haciendo nada malo. Engáñalo y derrótalo el 1 de junio, con el simple papel del voto. Deja que los guapos rompan la propaganda de tu partido y míralos con pena, que ellos se hacen daño a sí mismos. Porque los pueblos que son siempre generosos odian a los que persiguen, y se ponen al lado del perseguido. No respondas con piedras a los que apedrean las caravanas en que andas, recuerda que las elecciones se ganan con votos echados en las urnas, no con piedras tiradas en los caminos, ni con disparos de ametralladoras y de revólver… No olvides que a palabras de burro oídos de sordo. Y recuerda que las palabras se toman según y de quién vengan, no según lo que digan».

Hemos vivido estos últimos tres y medio años de la gestión pepehachista comandada por su jefe, el agrónomo Hipólito Mejía, dentro de un ambiente socio político infernal, caracterizado por la incapacidad gubernamental, la burla, el menosprecio por los valores éticos, el irrespeto a los gobernados, la corrupción, el delito de Estado, auge del narcotráfico, la más alta tasa inflacionaria jamás registrada en la historia nacional, el nepotismo, desempleo, hambre, desesperanza y desconfianza colectiva, amén de una continua violación de los más elementales derechos humanos.

En las manos de los y las dominicanas está en convertir en pasado tan funesta y prolongada pesadilla, sepultando este gobierno con una avalancha de votos morados el venidero 16 de mayo. Contemos los días que faltan para sellar la tumba pepehachista; mientras tanto grabémonos como frase lapidaria la parte final del discurso de Bosch que hemos venido comentando: » Eso que se oye, esos insultos, esas pedreas, esos tiros, esas amenazas, todo eso, es el ruido de los huesos del tirano que se mueven en la tumba, pero sólo una tumba se abrió, una sólo en la historia del mundo; fue en Jerusalén, y lo que salio de ella fue la verdad, no la mentira, el amor no el odio. Θnicamente pueden resucitar la verdad y el amor. El odio y la mentira, una vez muertos, no pueden vivir de nuevo’.

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