La decisión de dejar de fumar siempre encabeza la lista de propósitos de cada año, pero también es la intención que más se desinfla con el paso de las semanas. El éxito no depende de desarrollar una gran capacidad de reprimirnos para vencer el mono, sino de motivarnos con los beneficios que conseguiremos si abandonamos el hábito.
Esta fórmula psicológica resulta muy recomendable, según los expertos, par iniciar una vida sin humo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el tabaquismo es una enfermedad crónica que constituye el principal problema de salud evitable; los médicos señalan que dejar el cigarrillo es la medida más rentable en términos de prevención de enfermedades, ya todos conocemos los efectos nocivos del cigarrillo. No obstante, siguen siendo muchos los fumadores que intentan dejar de serlo, sin conseguirlo. Entonces, ¿qué es lo que falta? Si alguien no lo ha logrado hasta ahora, seguro que no es por falta de voluntad, sino porque no ha contado con las herramientas adecuadas señala la psicóloga Teresa Salvador.
Para triunfar en este saludable empeño debe manejar todas sus opciones, que son muchas, variadas y excelentes.
Si persevera, lo conseguirá. Más de la mitad de los fumadores intenta en algún momento dejar el hábito, pero solo el 5% lo consigue, debido a que la mayoría mantiene comportamientos poco favorables o prescinde de ayuda. El mayor riesgo de recaída se produce en los primeros 6 meses de abstinencia; superado ese lapso, es más difícil recaer.
Motivación mejor que obstinación. Me falta fuerza de voluntad. Esta razón, muy recurrida, por cierto, es un mito, ya que las personas no nos movemos por el empecinamiento, sino por motivaciones, y si algo nos interesa, haremos lo que sea necesario para conseguirlo.
Confíe en sus recursos y en las terapias. Todas las personas pueden dejar de fumar si emplean a fondo las herramientas disponibles, así como sus propia capacidad. El arsenal anti-tabaco abarca desde la asistencia de médicos y psicólogos, y programas impartidos en las unidades de tabaquismo, hasta nuevos fármacos, tratamientos dietéticos y técnicas de autoayuda.
¡Cuanto más lo intenta, más avanza! Las estadísticas demuestran que es más difícil abandonar el cigarrillo la primera vez que te lo propones que cuando lo vuelves a intentar. En estos casos, aumentan sus probabilidades de éxito, el 70% en el cuarto intento.
Asuma el riesgo. Probablemente ya lo ha oído o leído en muchas partes, pero es hora de que se proponga definitivamente entenderlo en toda su real dimensión: fumar es el mayor riesgo para su salud que está en sus manos evitar y que puede conseguir.
Nicotina
¡El peor enemigo!
La nicotina tiene un enorme poder adictivo. Por un lado, provoca estímulos de placer, y, por otro, cuando no se la consume produce síndrome de abstinencia. Cuando es inhalada llega al cerebro en siete segundos.
Se calcula que la mitad de los fumadores muere por trastornos del tabaquismo, una cuarta parte de ellos muere prematuramente, entre los 35 y 50 años.
LAS CLAVES
1. Dar el primer paso es sencillo.
Todo comienza en su mente: igual que se ha acostumbrado a fumar puede desacostumbrarse.
2. Debe reconocer los riesgos.
Seguir fumando no solo hace peligrar su salud, sino la de quienes le rodean (fumadores pasivos), quienes se ven obligados a respirar el humo de sus cigarrillos y sufrir sus efectos nocivos.
3. Aceptar que dejar de fumar es positivo.
Si analiza los beneficios que implica abandonar el tabaco, a medida que asuma las recompensas de conseguirlo la balanza se irá inclinando hacia la motivación.