Para Cristina Cañada Echániz, del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio de España, medidas adecuadas son la “colocación de muebles que faciliten la transmisión de calor de la calefacción”.

Se puede reducir el consumo de energía  alrededor de un quince por ciento con algo tan sencillo como no tapar radiadores colocando muebles delante, ni  instalando las consabidas repisas de mármol más habituales y no obturar las salidas de conductos de aire climatizado ni en invierno ni en verano”.

Otras medidas pueden afectar al ahorro en iluminación. Por ejemplo “emplear pintura de colores claros o instalar espejos multiplican el efecto lumínico”, explica a Efe-Reportajes Cristina Cañada Echániz.

“Utilizar cortinas del tipo regulable -veneciana, mallorquina- o visillos de telas con poco gramaje, no tupidas, son prácticas aconsejables a la hora de reducir el consumo de energía eléctrica debido a iluminación, en torno a un cinco por ciento”.

También alejar los electrodomésticos de gama marrón (TV, DVD, PC,…etc) de focos de calor disminuye su consumo de energía eléctrica que, en parte, se debe a ventiladores para la disipación de calor.

Menos sustancias químicas

Y si deseas llevar un paso más allá tu compromiso medioambiental, complementa el ecodiseño combatiendo el uso de sustancias químicas que están presentes en muchos de los productos de uso cotidiano como el dentífrico o el detergente que, de paso, dejarán de aparecer en la lista de la compra.

Para huir de las sustancias químicas que contiene el dentífrico se puede encontrar en herbolarios cepillos dentales que emplean la energía iónica para combatir la placa dental simplemente con saliva, sin necesidad de otro producto. La actividad fotoeléctrica de los iones provoca una fuente de energía natural que, junto a la saliva, genera una potente acción antibacteriana, defienden las empresas comercializadoras del producto. La Eco bola es un nuevo concepto del lavado de la ropa sin utilizar detergente. En este caso la bioelectricidad y la hidrodinámica actúan al servicio del medio ambiente al aportar parte de los principios activos de los detergentes convencionales para transformar la estructura molecular del agua y mantener los niveles de pH adecuados en ella.