Aunque el nuevo diseño curricular puesto en marcha por el Ministerio de Educación ha dejado atrás los temidos exámenes de final de año, para incorporar evaluaciones sustentadas en competencias, aún hay centros del nivel privado que no acatan esta disposición, por lo que muchos estudiantes están siendo evaluados de la forma tradicional.
Asimismo, en el ámbito de educación superior, se siguen dando los acostumbrados exámenes.
A más de un estudiante, la sola palabra “examen”, le provoca nervios, ansiedad y estrés. Jornadas interminables de estudio, noches sin dormir y pensamientos sobre qué saldrá en el examen forman parte de la rutina de muchos.
Sin embargo, los expertos del área pedagógica coinciden en afirmar que este no es el camino adecuado para superar con éxito las pruebas.
Consideran que para estudiar mejor y de forma eficaz, los niños y adolescentes, deben organizar un calendario de trabajo con antelación y emplear métodos de estudio que les garanticen el correcto aprendizaje de las materias.
Las técnicas que se pueden utilizar para repasar son diversas. A continuación, presentamos algunas pautas para encaminar a los alumnos hacia rutinas de repaso que devenguen un mayor rendimiento al momento de ser evaluados.
1. Los buenos hábitos de estudio comienzan en la clase. He aquí algo que probablemente te sorprenderá: ¿sabías que antes de que te pongas a estudiar ya has empezado a hacerlo? ¿Cómo es posible? Pues cuando prestas atención en clase y tomas buenos apuntes, estás empezando el proceso de aprendizaje y estudio.
Durante todo el año escolar, el estudiante debe asegurarse de sentarte en un buen sitio para poder prestar atención. Si hay algo que le impide concentrarse o tomar buenas anotaciones en clase, debe comentarlo con el profesor o a los padres.
2. Crear una rutina de estudio. Proponerse un horario de estudio y seguirlo no sirve sólo para ofrecer una imagen de madurez y pulcritud, ya que tiene efectos notables sobre el rendimiento escolar.
Abordar el aprendizaje de manera desorganizada es una manera de terminar estudiando a altas horas de la noche, cuando el sueño y el cansancio se acentúan en la capacidad de concentración.
3. Cambiar de lugar. Casi todo el mundo elige siempre el mismo sitio para estudiar, un rincón en el que se concentra, donde hay silencio…
Pero hay investigaciones científicas que demuestran que no existe un lugar mejor que otro para estudiar, sino que cambiar de ubicación favorece el estudio.
Es una forma de incentivar al cerebro a trabajar a pleno rendimiento para que los conocimientos se afirmen más en la memoria.
4. Hacer apuntes en hojas individuales. El alumno no debe confiarse demasiado en la técnica de subrayar textos. El hecho de subrayar no ayuda a memorizar el texto si no se repasa varias veces, y de todos modos ceñirse a la memorización de las frases que tienen una línea debajo lo mantiene anclado a la manera en la que la información queda distribuida en el texto original.
En cambio, hacer esquemas y pequeños resúmenes en trozos de papel obliga al estudiante a reformular la información que ha leído y, además, le permite crear de forma más fácil, combinaciones de notas que son distintas a las del texto, pero que le ayudan a entender mejor lo que leen.
5. Alejarse de las distracciones. Puede parecer evidente, pero nunca está de más recordarlo porque ciertas distracciones pueden adoptar las formas más insospechadas y es bueno identificarlas.
Al momento de repasar, es importante estar alejando del teléfono móvil, la computadora, la televisión, los vídeo juegos…
6. Estudiar con otras personas. Si bien muchos escolares alcanzan mejores resultados si estudian con compañía, otros lo encuentran demasiado ruidoso y caótico como para alcanzar la concentración necesaria, y simplemente no lo logran.
Considerando esto, es importante que lo hagan solamente si saben que les beneficiará, y sobre todo, que no distraerán al resto de sus compañeros.
7. Exponer lo aprendido. El hecho de explicar con las propias palabras lo que se ha aprendido, aporta grandes beneficios.
Reformular la clase es una manera de repasar mentalmente lo estudiado, por lo que el tiempo que se le dedique a esto servirá para asimilar mejor lo que se había estudiado antes.