Consejos sobre cómo manejar la ira en los niños

Consejos sobre cómo manejar la ira en los niños

Los niños encuentran tantas dificultades o más que los mayores a la hora de manejar sus emociones: una rabieta ocasional es algo más que común entre ellos, especialmente entre los dos y cuatro años, y más tarde, a partir de la adolescencia. Surgen peleas, gritos y berrinches que van más allá de un disgusto y que pueden convertirse en una verdadera guerra a campo abierto con los padres.
La revista familiar “La Guía Infantil”, que circula en línea, ha elaborado una serie de ejercicios que ayudan a manejar el mal carácter de los más pequeños.
Padres en calma. Los padres hemos de dar el ejemplo ante una reacción de ira en el niño y evitar gritar, dar portazos o zarandear al niño.
Para que el niño aprenda a manejar la ira, ha de ver cómo nosotros lo logramos, incluso en momentos en los que es fácil perder la paciencia.
De hecho, ante un ataque de ira en el niño, es posible que si nuestra respuesta es agresiva, el enfado del niño aumente.
Enséñale a reconocer. Cuando el niño está en pleno ataque de ira es difícil negociar o hablar con él, pero cuando la rabieta ha pasado, es el momento de charlar sobre lo que ocurrió.
Enseña al niño a actuar. Muchas veces los niños responden con ira porque les faltan habilidades para actuar de otra manera, no saben cómo solucionar un problema.
Para ayudarles, debemos enseñarles a identificar qué causó su momento de ira, ayudarles con soluciones para próximas situaciones, explicarles qué ocurrirá si la respuesta es la ira y qué pasará si la respuesta es más tranquila; reforzar al niño si su respuesta no es iracunda y, si lo fue, repasar con él lo que ocurrió, explicarle qué estuvo mal y cómo se puede actuar mejor en una próxima ocasión.
Ayúdale a expresar. El impulso que siente el niño que no sabe manejar su ira es insultar, pegar o romper cosas. Si tu hijo suele responder habitualmente así, deja que haga algunas actividades que le dejen explorar esas emociones, como dibujar, pintar o escribir. Aprenderá a entender lo que le ocurre.
Fomenta la empatía. Es quizá una de las tareas más difíciles de conseguir en los niños. Implica que comprendan al otro y se pongan en su lugar, algo fundamental para que puedan manejar la ira.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas