Las cortinas son un elemento que distingue al hogar vestido y al desvestido. Si hubiera que destacar algún elemento de la decoración de la casa que la equipara de un modo entero serían sin duda las cortinas, junto con las alfombras.

Son los dos elementos que más visten y crean ambiente de hogar. Las cortinas son un elemento decorativo tanto en invierno como en verano, aunque cada estación requiera sus telas. Es impensable hacer unas cortinas de terciopelo rojo en pleno agosto.

En la elección de las cortinas para un hogar se han de tener varios aspectos en cuenta. El primero es el espacio del que disponemos, dependiendo de la longitud de ventana que tengamos que tapar. En segundo lugar atenderemos a la época del año así como si se van a utilizar las mismas cortinas durante todo el año. Otro de los factores es el dinero que se quiera invertir en ellas, ya que el precio de las telas varía mucho y como se necesitan por lo general bastantes metros, el precio puede cambiar drásticamente.

Además se han de comprobar las características de luz y sol de la habitación, así como la distribución, los metros cuadrados que tiene, porque puede que las últimas tendencias muestren unos colores, rombos y cuadrados multicolores pero que nuestra habitación sea muy reducida y este tipo de colores sea muy recargado por lo que iría mejor un color liso, sin motivos ni adornos y bastante suave. Atendiendo a los diferentes estilos podemos encontrar las más variadas telas y formas.

Pequeño pero bien amueblado 

Un cuarto pequeño puede lucir fantástico con los muebles adecuados. Simplemente tienes que tener en cuenta unas reglas de armonía para no abarrotar la habitación. Y distribuir los muebles de tal forma que no dificulten el tráfico por la casa. Aún en un ambiente reducido tienes mucho campo para trabajar. Experimenta con estas sugerencias.

1- Toma las medidas de la habitación, incluyendo el espacio de la puerta y las ventanas.

2- Haz una lista de los muebles que necesitas y su tamaño aproximado.

3- Elige muebles clásicos y de líneas simples y algunos accesorios como una silla, un taburete o una mesa de café, que estén a la última moda .

4- Elige muebles livianos, delgados, con respaldares bajos y apoyabrazos angostos. Así la habitación lucirá menos congestionada.

5- Coloca sillas con patas abiertas o muebles elevados del piso para dejar pasar luz y aire. Mesas con repisas de cristal o plástico, transparentes.

6- En lugar de optar por el tradicional sofá, elige dos sillones de novios (love seats) y dos sillas ubicadas en posición enfrentada.

7- Busca muebles con varias funciones y que sean flexibles. Mesas que sirvan para cenar y para trabajar. Con aletas que se plieguen y funcionen como bandejas. Sofás-camas, para que ese ambiente sirva tanto como sala familiar, como cuarto de huéspedes.

8- Si no tienes lugar para una mesa de comedor de cuatro personas, consigue una mesa de café redonda de 42 pulgadas de diámetro donde puedas acomodar a tus invitados.

8- Busca muebles con repisas y cajones. Una biblioteca puede servir de alacena, etcétera.

9- Mezcla estilos de muebles y tamaños.

Consejos para limpiar algunos artículos de decoración 

Algunos de los elementos decorativos comunes en los hogares están fabricados con materiales que con el tiempo pierden su aspecto original hasta parecer viejos e inservibles. Sin embargo, con unos cuidados especiales a la hora de la limpieza se consigue alargar su vida útil, puesto que vuelven a parecer nuevos. Ofrecemos algunos consejos para ciertos objetos:

 Velas: La acumulación del polvo hace que las velas se vuelvan mates y apagadas. Para que recuperen su color y brillo originales se introducen en agua fría jabonosa (hay que poner atención, porque si el agua está caliente podría derretirlas), se aclaran con agua fría y después se secan con un paño fino. Finalmente, para que brillen como nuevas, se pasa con cuidado por toda su superficie un pincel suave mojado en alcohol de quemar.

 Pan de oro: Es frecuente su utilización en marcos y figuras decorativas. Para mantenerlo reluciente se limpia el polvo con un cepillo suave y con un pincel se aplica una mezcla de clara de huevo batida a punto de nieve con unas gotas de vinagre. Tras dejarlo secar bien, se frota con bayeta fina, así se obtiene un brillo uniforme y duradero.

 Marfil: Es el material de las teclas del piano y de algunas figuritas y adornos labrados. Para que recupere su aspecto original, se ha de diluir en agua fría un poco de polvo de piedra pómez y con un paño se frota toda la superficie. Se aclara con agua fría y se seca con un trapo fino. Como remate se frota con un pañuelo de seda natural para obtener el brillo adecuado.

 Alabastro: Esta roca por la acumulación de polvo y del humo de los cigarrillos se va poniendo opaca y amarillenta. Para devolverle su aspecto original, se le frota con un algodón impregnado en trementina. Esta operación no se debe realizar cerca de focos de calor, puesto que se trata de un material altamente inflamable. Tras la aplicación de la trementina, se lava el objeto con agua tibia jabonosa y se aclara con agua tibia. Es un material poroso, por lo que es posible que se necesiten varios aclarados. Se seca con un trapo de hilo y se deja a la sombra hasta que los poros estén totalmente secos. Finalmente, se encera toda la superficie con una cera incolora a base de silicona. Con este último paso se consigue proteger el objeto y evitar así tener que limpiarlo con frecuencia. A partir de ahora será suficiente quitar el polvo y frotarlo después con una bayeta.

Armario perfumado

Si quiere que el armario y la ropa tengan siempre un olor a limpio compra dos pastillas de parafina y utiliza seis gotas de aceite de almendras amargas de la siguiente manera: parte la parafina y deshazla en una cazuela al baño María. Cuando esté del todo deshecha retírala del fuego y cuando comience a enfriarse añada el aceite. Mézclalo bien y coloca el líquido en pequeños moldes para distribuirlos por el armario. No es recomendable que la ropa esté en contacto con los moldes.

Otro pequeño truco para perfumar el armario es colocar dentro una mandarina agujereada con clavos de especie.

Consejos para pintar una fachada

Antes de proceder a pintar la fachada de una casa necesariamente hay que  limpiarla para eliminar cualquier tipo de suciedad que impida que se fije correctamente a la superficie.

Para limpiar la superficie de la fachada lo más recomendable es emplear una máquina que lanza el agua sobre la superficie a alta presión, ablandando las manchas y facilitando su limpieza. Puesto que con este método se moja la pared en profundidad es necesario dejar que se seque a lo largo de dos semanas. Una vez pasado este tiempo se procede a reparar las grietas y desconchones y luego se pinta la fachada. No es recomendable hacerlo cuando haga mucho calor, debido a que se acelera el proceso de secado y es posible que aparezcan pequeñas rajas.

¿Pintar de colores claros u oscuros?

La claridad u oscuridad de un objeto depende de la cantidad de luz que sea capaz de reflejar, por lo que el color que aprecien nuestros ojos no sólo dependerá de su claridad u oscuridad, sino de la iluminación circundante.

Es necesario saber el lugar al que van destinadas y las características y capacidades que tienen las diferentes tonalidades de color para poder combinarlas con acierto y que no desentonen.

Los colores claros reflejan en mayor medida la luz que reciben, logrando que las estancias en las que aparezcan como color dominante sean visualmente más grandes. Aportan a los habitáculos mayor luminosidad a lo largo del día y los dotan de un aspecto más alegre y desenfadado.

Los colores oscuros absorben gran cantidad de la luz, reduciendo las estancias. Por este motivo, en general, salvo en salones muy amplios, sólo es recomendable utilizarlos sobre aquellas partes de una estancia que queramos que tengan mayor relevancia, como molduras de puertas o techos o los marcos de las ventanas

Combinar pinturas mates y brillantes

Conjugar los diferentes acabados de las pinturas para crear ambientes diferentes en la decoración de una estancia es una opción sencilla de llevar a cabo en poco tiempo y por poco dinero.

Si va a pintar una habitación puede optar por elegir un color claro mate. De esta forma le otorgará mayor luminosidad. Tras dar una primera mano de pintura de un color claro con un rodillo, para trabajar más rápidamente y conseguir un acabado más uniforme, compruebe si el acabado es el deseado y no se aprecian imperfecciones.

En caso contrario, deberá aplicar una segunda mano, aunque esta tarea se verá reducida si emplea pinturas monocapa, que con una única capa consiguen un acabado uniforme.

Una vez seca la pintura, pueden darse sobre ella pinceladas de una pintura brillante de la misma o diferente tonalidad, pero sin cubrir toda la pared. La idea es lograr que a lo largo de la estancia la pintura brillante refleje los rayos solares y se aprecie mejor, creando un curioso efecto decorativo, pero sin tener que pintar una segunda vez.

Este efecto se logra dando pinceladas no uniformes, o lanzando pintura sobre la pared, aunque en este último caso es requisito imprescindible forrar el suelo y otros elementos adyacentes para no mancharlos.