NICOSIA, CHIPRE. AP.  El candidato conservador Nicos Anastasiades ganó ayer la presidencia de Chipre con uno de los márgenes de votación más amplios en 30 años, y enfrenta ahora la formidable tarea de impedir la parálisis financiera del país.

Anastasiades, de 66 años, obtuvo el triunfo en la segunda vuelta electoral con 57,48% de los votos, un porcentaje muy superior al 42,51% de su contrincante de izquierda, Stavros Malas, de acuerdo con los resultados definitivos.    La elección tuvo lugar en momentos en que Chipre sostiene negociaciones para conseguir un rescate financiero de los otros 16 países de la zona euro y el Fondo Monetario Internacional.

El amplio margen de victoria de Anastasiades es indicativo de que los chipriotas están dispuestos hasta cierto grado a soportar dolorosas medidas de austeridad para reformar la economía, así como un desaire al gobierno izquierdista que muchos creen es el responsable del lamentable estado de la economía del país.   

La mayoría de los chipriotas están conscientes de que existen pocas opciones salvo garantizar la asistencia financiera externa —que sin duda vendrá acompañada de exigencias sobre recortes al gasto público y otras medidas de austeridad— para poner fin a la incertidumbre que tiene efectos negativos en la economía.   

 El resultado de la votación de ayer fue “un mandato claro y firme a favor de un cambio y de reformas para sacar al país del círculo vicioso de la crisis”, dijo Tasos Mitsopoulos, portavoz de Anastasiades, después de que las encuestas de salida perfilaran a éste como el ganador.