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LONDRES. Comenzaron las postulaciones el miércoles para suceder al primer ministro británico David Cameron como líder del Partido Conservador y entregarle al vencedor el desafío -o el amargo cáliz- de negociar la salida británica de la Unión Europea.
Cameron anunció su renuncia tras el referendo de la semana pasada en el cual los votantes optaron, contra su posición, por abandonar el bloque de 28 naciones.
El primero que formalizó su postulación fue el secretario de Trabajo y Pensiones, Stephen Crabb, quien dijo que lo hacía porque «no veo a nadie que dé una respuesta convincente» a la pregunta de cómo sanar un país profundamente dividido.
Crabb, de 43 años, criado por una madre soltera en una vivienda popular, dijo que ofrece «poder de recuperación, optimismo, humildad, fuerza». Aunque votó por la permanencia, prometió realizar una «salida negociada» de la UE.
Crabb se presenta con el secretario de Negocios Sajid Javid -quien fungiría como ministro de hacienda- en lo que se ha llamado una fórmula obrera. Los dos son de familias humildes, a diferencia tanto del favorito, el exalcalde de Londres Boris Johnson, como de Cameron, ambos pertenecientes a las clases altas.
Johnson, conductor de la campaña por la salida, tiene el apoyo de varios influyentes legisladores de derechas. La secretaria de Ambiente, Liz Truss, escribió en el diario Daily Telegraph que respalda a Johnson porque el nuevo líder debe ser «alguien que cree en, e hizo campaña por, la salida de la UE».
También se prevé la candidatura de la secretaria de Interior, Theresa May, quien respaldó la permanencia pero es considerada una persona competente y con experiencia.
Una vez finalizado el plazo para presentar candidaturas, el jueves al mediodía, votarán los legisladores conservadores para reducir la lista a dos. Esos nombres serán sometidos a una votación por correo de todos los afiliados al partido y los resultados se conocerán a principios de septiembre.
El opositor Partido Laborista vive su propio caos en la cumbre, donde el líder Jeremy Corbyn resiste las fuertes presiones para que renuncie.
El martes, los legisladores laboristas aprobaron una moción de retiro de confianza por 172 votos contra 40. Pero Corbyn dice que tiene el apoyo de la base partidaria y no renunciará.
Muchos laboristas acusan a Corbyn de no hacer una campaña efectiva por la permanencia en la Unión Europea.
La ex ministra de Gabinete laborista Tessa Jowell dijo que el partido estaba «totalmente en ruinas».
«Resulta evidente que Jeremy debe renunciar y permitir que un nuevo líder reconstruya el partido», dijo Jowell.
