Por MARIEN ARISTY CAPITAN
El rector de la Universidad Iberoamericana (UNIBE), Julio Amado Castaños Guzmán, afirmó que mientras la política continúe permeando el sistema educativo nacional, en sus niveles básico, medio y superior, nunca podrá avanzar ni superar sus problemas de atención y calidad.

“Ese es el principal escollo para que ese sector pueda avanzar. Hasta que los intereses políticos no se divorcien de lo que es la educación como tal, como factor de desarrollo de una nación como la nuestra, nosotros no vamos a avanzar”, dijo Castaños Guzmán.

Tras lamentar que al sistema de salud le sucede lo mismo, Castaños Guzmán sostuvo que el país necesita eliminar el clientelismo y los favores para dar paso a la competencia y la calidad del desempeño.

“Todo el mundo en este país sabe lo que hay que hacer. El asunto está en que se necesitan voluntades. Y claro, todo esto tiene un costo: el sacrificio que surge a causa de la confrontación de tantos intereses. Yo creo que lo que este país necesita es que el tema de la educación y la salud salgan de la agenda política y se lo entreguen a una especie de patronato u organismo multisectorial que tome las decisiones referente a lo que se tiene que hacer”.

SOBRE LA PERTINENCIA

El problema de la educación superior dominicana es sistémico y tiene sus raíces en lo deficitaria de la educación básica y media, que no es pertinente ni cubre las necesidades del país.

Pero para Castaños Guzmán uno de los peores errores que se cometen cuando se habla de educación es que se quiere resolver el problema en términos cuantitativos y no cualitativos. Esto se da más, sostiene, en el sistema de educación superior: tradicionalmente se habla de masificar la educación y no de hacerla más pertinente.

“Cuando una cosa está mal, mientras más tamaño tiene, el impacto es mayor. El planteamiento que hay que hacerse, si tenemos 340 mil estudiantes en el sistema de educación superior, es si realmente estos 340 mil nuevos profesionales responden a una necesidad nacional”.

Afirmando que realmente la mayoría no responden a esa necesidad, Castaños Guzmán resaltó que el país cuenta con muchos profesionales de todas las áreas que no cuentan con calidad.

“Entonces el planteamiento que se debe hacer no debe ir enfocado a seguir masificando la educación superior, yo creo que eso es un error. Lo que nosotros tenemos que garantizar es que los profesionales que van a egresar en los próximos diez años sean individuos que tengan las competencias y actitudes para poder llevar a cabo un proceso de reforma, a todos los niveles, en este país”.

EN QUE DEBE INVERTIRSE

Insistiendo en que el problema de la educación no es que todos los niños vayan a la escuela sino que los que vayan salgan bien preparados, Castaños Guzmán indicó que no vale la pena que el Estado siga invirtiendo recursos en formar a individuos que al final no podrán responder adecuadamente.

“No vale la pena, por ejemplo, que el Estado invierta en un abogado para que al final termine pegando sellos en un contratito a las puertas del Palacio de Justicia. Para eso es mejor enseñarles a pegar sellos desde el principio: así nos ahorramos esa inversión”.

Al hablar de inversión, Castaños Guzmán repara en los centros de educación superior que está inaugurando el gobierno en el interior del país para formar a los mismos profesionales que se forman en la capital: médicos, abogados, contables… profesionales que no son necesarios en muchísimas zonas.

UNA APUESTA: CALIFICACION DEL DOCENTE

Otro problema que impacta negativamente en el sistema de educación superior de la República Dominicana, subraya Castaños Guzmán, gira en torno a la calificación docente.

“Las universidades se empeñan en buscar la excelencia académica a través del cumplimiento programático de un plan de estudios pero muchas veces se descuidan en que la capacitación o la formación no debe ir solamente en la dirección del estudiante, sino también del profesor”.

Tras indicar que pocas instituciones miden el desempeño profesoral, Castaños Guzmán manifestó que esa es una de las grandes debilidades de todo el sistema educativo. Pero eso sucede, resaltó, porque históricamente los gremios se han opuesto a que se les evalúe.