POR LEONORA RAMÍREZ S.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, es uno de los mayores riesgos que tiene Latinoamérica,  porque con su modelo peligra la libertad y la democracia, dijo a HOY  el ex jefe del gobierno español, José María Aznar. El ex gobernante español consideró, además que Chávez hará todo lo posible por multiplicar su prototipo en la región, donde habría gente dispuesta a seguirle, y advirtió que la receta Chávez-Fidel Castro es pésima.

Aznar, quien gobernó España de 1996 al 2004 por el Partido Popular (PP), expresó que hay personas en Bolivia, Ecuador o Colombia dispuestas a inscribirse en la fórmula de Chávez porque está regada con dinero. «Eso es así, se sabe que hay muchos movimientos para sostener determinadas cosas».

En el hipotético caso de que el citado modelo político halle adeptos en la región, se produciría un retroceso en el contexto de la democracia y del crecimiento económico, y se justificaría la vuelta de caudillos populistas y alternativas autoritarias que no solucionarían los problemas de los ciudadanos, expresó el ex mandatario, que visitó el país para ofrecer una conferencia sobre los «Retos y oportunidades de América Latina», auspiciada por la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE).

Al referirse a la forma en que Chávez se enfrenta al presidente de los Estados Unidos  George W. Bush, expresó que resulta muy fácil insultar a todo el mundo con el barril del petróleo a US$60.0, por lo que habría que esperar cuáles serían sus reacciones en otras circunstancias.

Por eso planteó que sin el poder que representa el petróleo, el mandatario venezolano, que asumió la presidencia en 1998 y en ella se mantiene por la vía de varios referéndums, no habría sostenido las posiciones que asume.

«Yo  no creo que tiene valor, lo que tiene es desfachatez,  insultar a media humanidad no es un acto de valor, pero cuando no se pueden presentar buenos resultados internos en un país, lo que vale es   insultar a los demás, no hay nada mejor que un enemigo externo  para no justificar lo que se hace en el país.

«Pero yo creo que ni de la demagogia, ni del populismo, ni del insulto, ni de la descalificación, ni de la desfachatez de ir a  una cumbre de presidentes (la que se efectuó en Argentina del 4 al 5 de noviembre de este año) y participar en una anticumbre,  son cosas que producen pena,  que no generan una atención política seria». Respecto a Castro, cuyo mandato en Cuba ya tiene 42 años, consideró que es una reliquia del pasado, y aunque él quiera decir que está bien, los cubanos siguen muy mal, su gobierno es una dictadura, y lo deseable sería que en esa nación la gente exprese lo que quiera sin que el precio sea ir a la cárcel.

UNA RECETA PARA LATINOAMERICA

Aznar, quien es presidente de la Fundación para el Análisis de los Estudios Sociales (FAES), profesor de la Universidad de Georgetown, de Estados Unidos, y conferencista, analizó también la realidad latinoamericana desde el punto de vista de su desarrollo económico y social.

En ese sentido, destacó que esta región necesita de instituciones más fuertes, de  reformas económicas aceleradas que permitan que las empresas se modernicen, que luchen contra intereses particulares y que propicien la apertura como ha hecho el país con el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-RD).

Refiriéndose específicamente al caso dominicano, resaltó que debe aprovecharse ese acuerdo comercial para impulsar reformas económicas y políticas que contribuyan con la modernización del país.

«Se debe tener un sistema fiscal eficiente, una justicia eficiente, un estado de derecho que funcione, seguridad, una economía de mercado, y un sistema energético eficiente».

Puso como ejemplo que España dio un salto cualitativo en términos de su crecimiento económico y social, después del largo mandato de  Francisco Franco (1936-1975), debido a que se logró la estabilidad institucional y económica.

«El desorden institucional es el peor enemigo de la prosperidad y el futuro de un país, la estabilidad institucional basada en pactos solventes, serios, respetados por todos, y en segundo lugar la estabilidad económica que permite un proceso acelerado de reformas, son las dos alternativas que llevaron a España al desarrollo, pero eso requiere consenso, generosidad de las fuerzas políticas que deben pensar que todo el país se va a beneficiar».