JACINTO GIMBERNARD PELLERANO
Aún los proyectos más extensos tienen necesidad de una labor diaria que hay que realizar hoy. Quienes logran un “mañana” espléndido son aquellos que laboran globalmente en el mañana tratando de darle forma en la distancia lo que es igual que tratar de darle forma con una lima a los dientes de una sierra que gira velozmente. Pensar objetivamente en el día de hoy es como trabajar dándole forma a un solo diente de esa sierra detenida; con nuestra vista y nuestra lima entregadas a una labor efectiva y promisoria.

Vivir en lo pasado y en lo futuro es solamente loable en quienes lo filtran a través de su sensibilidad artística, para producir un presente espléndidamente rico en espiritualidad, que es acción en presente.

La concepción de lo pasado y lo futuro en los artistas creadores, repercute en acción de tiempo presente, no en abulia flotante, en acción siempre postergada o en estériles remembranzas de cosas que no fueron, de circunstancias que nunca se presentaron, de decisiones que nunca se tomaron, recuerdos inundados de gris desesperanza y pesimismo que sólo conducen hacia la ensombrecida inercia y la amargura.

Tengamos presente la doble calidad del día actual, como resultado del ayer y como agente del mañana.

Porque lo que tenemos hoy es resultado de lo que hicimos en lo pasado, así como lo que tengamos en lo futuro habrá de ser consecuencia directa de lo que hagamos hoy. Esta es la dualidad del tiempo presente. Que se concentra como los rayos del sol al cruzar un cristal de aumento en un punto de fuerza y energía compacto: el trascendental y escurridizo hoy.