Consideran protesta social los entierros irreverentes

Consideran protesta social los entierros irreverentes

POR GERMAN MARTE
El uso de la Bandera Nacional sobre el ataúd de un supuesto capo, los tiroteos, la parafernalia, la música, el reaggeton y la masiva presencia de personas en los entierros de pandilleros juveniles, son una especie de protesta y demostración de poder de los jóvenes, en opinión de la antropóloga Tahíra Vargas.

La cientista social dijo que los entierros de líderes pandilleros en medio de manifestaciones masivas, demuestran el liderazgo que tenían esos individuos en grupos de jóvenes vinculados a las bandas.

“Con este tipo de entierros, estos grupos nos quieren demostrar su presencia y su poder territorial. De alguna manera, para las bandas, este tipo de entierro es una forma de protesta, de confrontación, sobre todo, con las autoridades policiales. Otras veces son la expresión de los conflictos entre las bandas”, aseveró.

Sin embargo, explicó que este tipo de sepelios, no necesariamente están vinculados a ritos satánicos como creen algunos, sino que son, más bien, una expresión de sincretismo cultural, donde se mezclan elementos políticos.

En su opinión, el uso de la Bandera Nacional refuerza el elemento de identidad cultural, en tanto que el reaggeton refleja la influencia de esa música entre los jóvenes dominicanos.

 En cuanto a los tiroteos registrados durante ciertos entierros, Vargas dijo esto son un tipo de demostración de poder, “el arma se ha convertido en un símbolo de estatus y de poder”, sobre todo de poder territorial.

Consideró que todo esto forma parte de una cultura cambiante y destacó que en estos momentos, la cultura dominicana está cambiando.

 “Somos una nación transnacional, debido, entre otros factores, al flujo migratorio, y eso está afectando la forma de ser del pueblo dominicano”, agregó.

EL ENTIERRO ES UN FESTEJO

Sobre la alarma que han causado los entierros escandalosos de pandilleros, con música a alto volumen y el derroche de bebidas, la antropóloga destacó que en el país hay varios tipos de ceremonias para despedir a los difuntos y que no siempre constituyen una expresión de duelo y tristeza

Explicó que en los sectores donde hay una fuerte influencia afro, el entierro es un festejo.

Indicó que esto se observa, sobre todo, en los campos del sur y en la frontera, incluso, en algunos barrios donde hay cierta influencia afro y una mezcla con la cultura haitiana.

“Hay entierros que tienen ese carácter festivo, donde se toca palo y durante los nueve días se celebran bailes de palos y fiestas”, expresó.

Asimismo, Vargas señaló que en distintos momentos políticos de la historia dominicana, el entierro fue una ocasión para protestar.

Recordó que durante el gobierno de los doce años del extinto presidente Joaquín Balaguer, los grupos de izquierda aprovechaban los entierros de los militantes caídos, para protestar contra el régimen, incluso, en tiroteos con la Policía.

NARCOTRAFICO

La antropóloga Vargas destacó, además, que los entierros de miembros de bandas de narcotraficantes y pandilleros al estilo como los estamos viendo últimamente, reflejan la incidencia del narcotráfico en el país.

“Esta sociedad está cada vez más vinculada al ejercicio del narcotráfico y eso lo estamos viendo que está afectando hasta a sectores importantes de nuestra economía, donde se ha descubierto la presencia de este ejercicio”, agregó.

Sostuvo que en estos momentos el narcotráfico está siendo una práctica entre un gran número de dominicanos y que las bandas se han convertido en grupos con identidad territorial entre ellas y con fuertes conflictos entre sí, por lo que se da este tipo de violencia que se está viendo últimamente.

“Cuando se entierra a uno de los líderes, se está manifestando el poder que tiene este grupo. Están siendo novedosos porque están usando elementos típicos de la cultura juvenil (reaggeton), pero también símbolos festivos de los entierros propios de la cultura afro”, dijo Vargas.

MASCULINIDAD Y TERRITORIO

La estudiosa de la conducta humana dijo que históricamente el fenómeno de las pandillas ha estado asociado a la masculinidad, al territorio y a la agrupación en función del territorio y el enfrentamiento violento entre grupos de hombres de determinados lugares.

Es decir, subrayó, que el surgimiento de las bandas está vinculado a una determinada identidad cultural territorial y grupal, “de hecho el desarrollo de occidente y el capitalismo está basado en la ocupación del territorio”.

Dijo que el tema de la violencia y las pandillas no es nada nuevo, sino que resalta ahora porque ha crecido, lo mismo que la sociedad.

¿QUE HACER?

Frente a la realidad que se vive hoy en día en el país, Vargas entiende que el sistema educativo tiene que trabajar los temas de la violencia, la delincuencia y las pandillas.

También consideró preciso propagar la cultura de la paz, de la no-violencia y la convivencia pacífica. “Todo esto debería ir combinado con un plan de desarme de la población”.

Sostuvo que también sociedad en su conjunto debe definir cuál es su política hacia la juventud y qué le ofrece a los jóvenes.

Alegó que al no existir una política de juventud clara, no hay espacio para los jóvenes y esto no sólo ocurre en los sectores pobres, sino entre los grupos de clase media, donde también la violencia se ha convertido en una moda y el arma se ha convertido en un símbolo de poder.

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