Consideran Roberto Alomar debe ser un Salón de la Fama

Consideran Roberto Alomar debe ser un Salón de la Fama

Por Carlos Valero
ESPNdeportes.com
Considerado casi unánimemente como el mejor segunda base de su tiempo por los expertos del juego, y para otros tantos el intermedista más completo de la historia de las Grandes Ligas, el puertorriqueño Roberto Alomar sigue en las mentes de los amantes del béisbol.

No sólo por sus acrobacias alrededor del segundo saco y su bateo efectivo e inteligente, sino porque no dio tiempo a los que seguían su brillante carrera a aceptar su repentino retiro hace un par de años.

Una inusual combinación de excelente defensiva, bateo consistente y con poder ocasional, velocidad y conocimiento profundo del juego, hizo que Alomar acaparara virtualmente toda la atención de la Prensa Deportiva — televisión, revistas, radio y diarios– que reseñaba las Mayores desde su debut un 22 de abril de 1988, vistiendo el uniforme de los Padres de San Diego. A partir de ese momento, Alomar fue un tema constante hasta su sorpresivo anuncio de retiro durante los campos de entrenamientos del 2005.

Toda figura del deporte que es considerada como la mejor en determinado aspecto del juego pasa por al menos dos análisis por parte de los expertos, los críticos y los fanáticos. Uno de ellos es el puramente estadístico donde se analizan y comparan sus números y se determina más objetivamente sus destrezas y habilidades. El otro tiene que ver con el desempeño que no necesariamente va a los libros, pero que es determinante en victorias, campeonatos y otros aspectos del juego que hacen único al pelotero.

Al analizar las cifras compiladas por Alomar, y su relación con otras segundas bases de la historia, se puede notar que el boricua es el único intermedista del juego con doble dígito en cuanto a Guantes de Oro obtenidos como defensor del segundo cojín. Un total de diez logró Alomar en su destacada carrera, superando a nombres como Ryne Sandberg, Bill Mazeroski, Joe Morgan y Manny Trillo entre otros.

Otro dato que evidencia su supremacía, es el que certifica que Alomar, quien vistió siete uniformes distintos en su paso por las Grandes Ligas, participó en una docena de Juegos de Estrellas, de los cuales en nueve ocasiones fue el intermedista abridor. De hecho, en el celebrado durante el 1998, Alomar fue seleccionado el Jugador Más Valioso al batear de 4-3 incluyendo un cuadrangular.

En términos de su ofensiva, Alomar finalizó su fructífera carrera con un gran total de 2,724 inatrapables, quedando a tan sólo 276 de la marca de los 3,000. En nueve ocasiones logró batear .300.

Publicaciones Relacionadas