Consistentes voces estadounidenses: Bernstein, Copley y Brewster

Consistentes voces estadounidenses: Bernstein, Copley y Brewster

La embajadora Robin Bernstein en muy corto tiempo, con estilo propio, no ortodoxo, ha presentado ante los dominicanos una nueva imagen de los Estados Unidos, saliendo de su Cancillería y de la residencia oficial de su embajada para relacionarse personalmente con todas las capas sociales, no solo de la ciudad de Santo Domingo, sino de todo el país. Su labor se magnificó ante los sectores que propugnan por el cambio democrático con estas expresiones el sagrado Día de Acción de Gracias, ante la Cámara Americana de Comercio: “…no debería sorprender a nadie notar que los sectores de energía e infraestructura en la República Dominicana no siempre han sido los sectores más transparentes o internacionalmente competitivos”. “Sin apertura, claridad y confiabilidad, invertir es simplemente un juego de azar”. Además, ofreció el apoyo de Estados Unidos: “Con el propósito de construir un entorno para la inversión del sector privado que sea transparente, competitivo y alineado con las mejores prácticas internacionales”. Antes de su discurso la embajadora contestó una pregunta sobre la venta de Punta Catalina. La respuesta fue categórica: “La cuestión allí es transparencia en sus operaciones y fondos”.

El Día de Acción de Gracias de 2017 el Sr. Robert Copley, quien encabezó la legación en un largo interinato, presentó a la AMCHAMDR varias cuestiones: “¿Cómo puede la República Dominicana reducir de manera significativa la corrupción?… ¿Cómo mejorar la seguridad de sus ciudadanos?…” “Volviendo a las preguntas, sobre la corrupción, no voy a extenderme mucho porque ustedes saben mejor que yo la gravedad de la situación”. “Las encuestas, las noticias y todos los demás indicadores nos dicen que los dominicanos están hartos de la corrupción”.… “Las revelaciones en el caso de Odebrecht han demostrado que millones de dólares, los cuales podrían haber apoyado la educación, la infraestructura y el desarrollo, se desviaron hacia la corrupción. La criminalidad pone en peligro la economía dominicana en todos los niveles… La falta de seguridad afecta todo y eventualmente, hasta la inversión desaparece”.

El embajador James Brewster, el Día de Acción de Gracias del 2015 expresó, siendo “abierto y honesto y franco: cada embpresario que conozco, ya sea estadounidense o dominicano, menciona la corrupción como el mayor problema en este país. La corrupción es un cáncer, retrasa el crecimiento, afecta negativamente el comercio, e impide la aplicación justa de la ley… muchas veces escucho el temor auténtico de potenciales inversionistas estadounidenses en el sentido de… que se les exigiera pagar sobornos… y yo quisiera exhortarles a cada uno de ustedes a seguir presentando la corrupción como problema a los más altos niveles de su Gobierno”… ¿De los que estamos aquí a quién le han pedido un soborno?… ¿Cuáles de nosotros conoce a un político que haya sustraído fondos públicos?

El presidente Medina reaccionó iracundo ante Brewster: “Porque se habla de que República Dominicana es un puente de droga. Pero si vamos a eso los Estados Unidos es una avenida de 10 carriles de destino para esa misma droga. ¿Pero cuál corrupción? Es que hablar en términos genéricos siempre es peligroso. ¿Cuál es la corrupción? ¿Dónde están los escándalos de corrupción que ustedes ven en el Estado dominicano? ¿Dónde están? A mí me gustaría, y se lo he pedido a ellos que si tienen caso concreto que lo señalen”. Bob Satawake, esposo de Brewster, contraatacó en su reciente libro “Breaking Protocol” diciendo que el reciente crecimiento económico se debe a fondos que llegan desde Venezuela, a través de narcotráfico y lavado. Balanceó agradeciendo el apoyo personal que recibió de la primera dama.

Charles Summer, solidario, impidió que el Congreso estadounidense aprobara nuestra desaparición como país independiente, convirtiéndonos en colonia de Estados Unidos. Sumner Welles, subsecretario de Estado, mostró solidaridad denunciando a Trujillo y propiciando que exiliados anti-trujillistas fueran acogidos en Estados Unidos. Ese apoyo está plasmado en el voluminoso libro editado por Bernardo Vega “Correspondencia entre Ángel Morales y Sumner Welles”. Entre 1930 y 1946 Morales fue la figura relevante del exilio. Más adelante Peña Gómez, aprovechando la Doctrina Carter de Derechos Humanos, orquestó estratégicamente una efectiva alianza con los liberales de Washington, que ofreció apoyo geopolítico a la victoria del Acuerdo de Santo Domingo en 1978. La política estadounidense tiene como objetivos desterrar la corrupción y atacar el continuismo de regímenes antidemocráticos, de partidos únicos, que tratan de perpetuarse con elecciones amañadas. Esa política debe ser sabiamente capitalizada, con un espíritu dominicanista, estructurando estratégicas ententes para solidificar el triunfo opositor, en primera vuelta, en el 2020.

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