Consolidación fiscal en tiempos electorales

Consolidación fiscal en tiempos electorales

Ha sido una tradición en los últimos torneos electorales que el partido de gobierno o el candidato presidencial en busca de la reelección aumente el déficit presupuestario, especialmente en la segunda mitad del año previo y en el de las elecciones; sin embargo el Presidente Danilo Medina tiene la gran oportunidad de lograr su reelección manteniendo la disciplina y la consolidación fiscal.

Ese incremento del déficit fiscal, por encima del aprobado en la ley de presupuesto, se genera en la mayoría de los casos por un aceleramiento de las obras públicas o del gasto social, obviamente para estimular a los ciudadanos a votar por la continuidad. No siempre ese incremento del déficit se ha redituado con votos, como en el caso del intento de reelección de Hipólito Mejía en 2004, pero salvo esa excepción, aparentemente este incremento del gasto y el déficit contribuye al triunfo.

Es de justicia reconocer que este gobierno del Lic. Danilo Medina ha hecho un serio esfuerzo de control en el gasto y el déficit fiscal, pues realizó un fuerte ajuste al pasar de un déficit equivalente al 6.6% del PIB en 2012 a 2.8% del PIB el año pasado y todo parece indicar que en este año pre-electoral se cumplirá, quizás con cierta holgura, la meta de un déficit del orden del 2.4% del PIB.

El país, de acuerdo a un estudio reciente del BID (“El Legado de la Crisis”), nos califica en el grupo II como un país con percepción crediticia media (medido aproximadamente por el Institutional Investor Rating, construido por el Institutional Investor Magazine) y menores niveles de deuda en promedio, en contraste con el Grupo I, que reúne países de baja percepción crediticia y elevados niveles de deuda en relación al Grupo II.

¿Debemos sentirnos satisfechos con ese estudio y las opiniones de Franco Ucelli el analista de J. P Morgan?

Debemos sentirnos orgullosos, pero aceptar las recomendaciones de ambos, en el sentido de aprovechar un entorno macro-económico favorable, con bajos precios del petróleo y la economía norteamericana en franca recuperación, siempre y cuando no suban los tipos de interés en esa nación, para mejorar la posición fiscal, entiéndase reducir el nivel de endeudamiento y la condición fundamental para ello es reducir el déficit presupuestario.

La situación del endeudamiento en la RD se compara a lo acontecido en los países analizados en el estudio del BID (Panamá, los países centroamericanos y la República Dominicana) que para enfrentar la crisis financiera global iniciada en 2008 debieron incrementar el gasto de acuerdo a las recomendaciones del G-20 y el FMI y por ello el estudio del BID plantea: “A más de cuatro años de la crisis, los países de la región continúan con déficits fiscales altos, lo que ha erosionado los espacios de maniobra y ha conllevado a un aumento sostenido de la deuda pública. La región necesita recuperar sus espacios fiscales….”

Estas recomendaciones no son ociosas, pues si bien el índice de deuda/PIB del país es relativamente bajo en relación al promedio de la región y que los fundamentos de la macroeconomía son sanos, sin embargo los compromisos de la deuda consumen recursos importantes del presupuesto y solo baste citar que para este 2015 los intereses de la deuda consumen el 21.6% de los ingresos tributarios.

El compromiso del Presidente Medina en materia fiscal se ha cumplido; ahora tiene la oportunidad en un escenario electoral altísimamente favorable, pues de acuerdo a Gallup le lleva 45 puntos porcentuales a su competidor, y con unos niveles astronómicos de aceptación puede darse el lujo de realizar una campaña electoral con moderación en el gasto e incluso en el año de las elecciones aspirar a un déficit presupuestario menor al estimado este año como sugiere el analista Franco Ucelli.

Ese manejo prudente y responsable de las finanzas públicas, en medio de un proceso electoral, le permitiría al Presidente Medina incrementar los niveles de confianza de los agentes económicos y los mercados y ofrecerle un mejor escenario negociador con fines del Pacto Fiscal, que deberá ser una de sus prioridades principales en el próximo cuatrienio.

 

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