El consorcio domínico-español Acciona Agua-Abi-Karram “está cerrado a banda” en su decisión de importar los materiales y equipos que utilizará para la construcción del acueducto de Peravia en perjuicio de la industria local y del fisco, a pesar de que en el país se producen de manera competitiva en calidad y precios,  según trascendió ayer.

De acuerdo con lo informado, ejecutivos del consorcio han expresado que no harán  caso a los legítimos reclamos de que se dé participación a la industria local en las compras, en cumplimiento de la Ley de Compras y Contrataciones Públicas y que tampoco les importa que su decisión implique un aumento del costo de la obra, en perjuicio del fisco, ni que el país pierda la oportunidad de generar nuevos empleos o perder parte de los existentes.

 “La actitud de la gente que maneja este consorcio es una reiteración de prácticas que se han dado en el pasado, de empresas que se asocian a funcionarios para importar materiales y equipos a sobreprecio, en su provecho y en perjuicio del país”, explicó una fuente consultada.

Según se informó, resulta sorprendente que se quiera proceder de esa manera cuando las empresas del país están certificadas con las normas de productos y sistemas de calidad nacionales e internacionales para suplir las tuberías y otros materiales, y a pesar de los ahorros que el país pudiera lograr en fletes.

“Todos los países del mundo tienen fábricas de tuberías de PVC precisamente para evitar el alto costo que representa importar grandes cantidades de tuberías, pero estamos en un país especial, que cuenta con fábricas que producen tuberías de calidad probada y a precios competitivos, pero en el que algunas empresas constructoras y sus socios del área oficial no toman en cuenta esa realidad porque importando las tuberías hacen    un negocio redondo con fines particulares, en perjuicio del fisco y de la industria”, se explicó.

Se indicó  que el consorcio  trata de imponer que se le permitan las importaciones para favorecer los intereses de las compañías extranjeras que se dedican a la fabricación de tuberías y otros materiales que se utilizan en la construcción de acueductos.

Se planteó que sería inexplicable que el país se embarque en esta importación en momentos en que la producción de la industria local está siendo afectada por una baja en el consumo y un incremento de costos, además de que la capacidad instalada de las empresas nacionales supera la demanda. Inicialmente se ha planteado que el costo de la obra es de 110 millones de dólares, que superan los RS$4,000 millones.

Se explicó que la obra se hará con un préstamo que pagarán las futuras generaciones, el cual es presentado como favorable para el país en términos de las tasas de interés nominales, pero que terminará siendo altamente oneroso por los sobrecostos que implicarán las importaciones que se pretenden llevar a cabo, sin someterlas a licitación y sin darle participación a las empresas locales.

La cifra

110    Millones de dólares.  Es el costo inicial de  la construcción del acueducto de Peravia (Baní), equivalente a más de RS$4,000 millones. La obra se realizará con  un con préstamo, el cual es presentado como favorable para el país en términos de las tasas de interés nominales, pero que terminará siendo altamente oneroso por los sobrecostos que implicarán las importaciones.