Conspiración contra la inocencia

Conspiración contra la inocencia

Tuve la oportunidad de apreciar el documental “No Todos Somos Culpables” y quedé impresionado por su calidad fílmica y contenido. En esta obra se describe el origen y desarrollo de la injusta sentencia de diez años de prisión que le fue impuesta a la psicóloga dominicana Vanja Abreu Montero. Esa infamia tuvo lugar en Miami. ¿Dónde más podría ser?

Este relato, brillantemente presentado, narra cómo alguien puede ser condenado en Estados Unidos sin que se presente evidencia alguna en su contra. Peor aún, la doctora Abreu fue incriminada por una convicta, condenada previamente a 35 años de prisión que inventó otros culpables para que la pena le fuera rebajada. Aquella acción fue como la del náufrago que se ahoga en medio del océano y trata de arrastrar con él a los más débiles y cercanos.

Repito: ninguna evidencia material que incriminara directamente a la doctora Abreu pudo ser presentada por la fiscalía del Condado Dade. Ante esa sequía de pruebas, se procedió entonces a acusarla de formar parte de una conspiración. El cuerpo del delito entonces pasaría a ser su inteligencia. Decía la fiscal: “Esa mujer es muy inteligente. Tiene un Ph. D. y es profesora de psicología en una prestigiosa Universidad. Una persona con ese nivel de conocimientos y experiencia profesional tiene que haberse dado cuenta de que en la empresa que trabajaba se defraudó al Medicare.”

Contra esa lógica absurda, no hay racionalismo que valga. Como no hay evidencias materiales que la incriminen, la fiscalía se aferra a la especulación. Hizo uso de lo que pudo haber sido y no fue. Y es entonces cuando, desde un sombrero de mago de feria, saca el argumento de que la Doctora formaba parte de una conspiración. En el código penal “made in USA” la conspiración se ha establecido como un clavo ardiente del cual se agarran algunos fiscales que no pueden presentar pruebas contundentes de culpabilidad contra un acusado.

Este caso sustentado contra la doctora Abreu evidencia aseveraciones mal concebidas, sin fundamento, extravagantes, irracionales que no merecen consideración científica. En sentido claro, parecen ser producto de una mentalidad paranoica que busca notoriedad en un medio judicial corrompido. La conspiración en los códigos penales recientes se distingue por unos patrones de comportamiento que rememoran la guerra fría. Esa fiscal no sería la primera ni será la última que inventará fantasmas y demonios donde sólo hay querubines. Ella parece responder al delirio de persecución que siempre supone que “las apariencias engañan”, que “el azar y las coincidencias no inciden sobre los hechos”, que “el enemigo siempre gana” y que todo acontecimiento sólo puede tener como motivación “el dinero, el poder y el sexo”.

Cuando no pudieron encontrar pruebas para condenar a Vanja Abreu, la fiscal le propuso que si admitía culpabilidad por los delitos que se le imputaban, la condenarían a una pena reducida. Y fue entonces cuando descubrieron que la dominicana estaba hecha de una roca dura y firme. Un diamante podría decirse. “Jamás aceptaría declararme culpable cuando sé que soy inocente. La inocencia nada tiene que temer”

Tras el rechazo recibido, la fiscalía convirtió la frustración en agresión. El poder tendría que demostrarle que con el poder no se juega. O se somete a sus designios o paga con la pérdida de su libertad. Y así lo hicieron, poniéndola entre rejas, lejos de hijos, marido, madre, hermanos y patria.

Fue entonces cuando se inició la historia de cómo y por qué la inocencia no necesita explicarse. Inocencia es axioma que no necesita demostración. Es batalla desigual pero nada hay que temer porque la verdad algún día se impondrá y la doctora en psicología Vanja Abreu Montero saldrá libre y con su inocencia brillando como la piedra preciosa que es.

Los paranoicos, quienes asumen la teoría de la conspiración cuando las evidencias los rehúyen, tendrán que admitir que Vanja nunca se unió en secreto para perjudicar al sistema de salud de Estados Unidos. Esa concepción falaz, en algún momento dejará ver su carácter político y discriminatorio sobre el que trepan algunos funcionarios del sistema judicial de esa nación.

La verdadera conspiración en este caso ha sido estructurada contra la inocencia de Vanja. Pero será derrotada.

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