Conspiración insólita contra Baní

Conspiración insólita contra Baní

Hay sectores del Gobierno y del privado en querer amargarle el regocijo que exhiben los banilejos en ocasión de la celebración del 250 aniversario de su fundación, para imponer, por la fuerza, una avenida de Circunvalación por el sur de la ciudad y no por la parte norte, que es como la lógica, la economía y la ingeniería lo indica.

Fueron muchas las reuniones celebradas en Baní, tanto por los defensores de la solución vial por el lado norte como la del lado sur, que en largas sesiones de trabajo con todos los sectores banilejos para llegar a un acuerdo de cuál era la ruta más conveniente, preservando los intereses de ellos y de su comarca.

Al final de la tanda de reuniones de finales del siglo XX y del presente, se acordó, como la ruta más apropiada, la del lado norte, la cual reunía condiciones de escasa población, poco aprovechamiento agrícola, por lo tanto muchas tareas de terrenos baldío y estéril, con excelentes condiciones para la fundación de los soportes de los puentes sobre el río Baní y el arroyo Güera, o sea no era necesario hincar pilotes o erigir estructuras especiales.

Desde entonces todo el mundo se olvidó de la solución por el lado sur y la tranquilidad reinaba en la comunidad y bajo esas perspectivas se iniciaron las festividades del aniversario, que serían estimuladas cuando el presidente Medina, el 3 de marzo, anunciaría el inicio de los trabajos por el lado sur convencido al oír los pareceres de algunos de sus funcionarios, que defienden esa solución junto con el sector privado con intereses turísticos en la zona.

El pasado día 3 se preparó el escenario para que el presidente Medina hiciera el anuncio de inicio de los trabajos, pero antes de llegar al lugar de los discursos y homenajes legislativos de la fundación de Baní, oyó otros pareceres y prefirió no hacer el anuncio de la vía del lado sur para reclamar una reunión de los sectores de Baní interesados en la solución, en que como una espada de Damocles pende del cuello de los banilejos que se acepte sin discusiones la solución por el sur.

La solución por el lado sur significaría el entierro de Baní y su ruina tan pronto se presente el primer huracán, y esa represa por el lado sur, cerca del mar, se convertiría en un obstáculo ya que la propuesta avenida, construida en un elevado terraplén de cuatro carriles y paseos, con una altura de cierta consideración para poder atravesar el ancho lecho del río Baní desde Mata Gorda. El río circula por un terreno de aluvión de miles de años y sería necesario hincar cientos de pilotes para soportar la estructura de un largo puente. Además esa zona de Baní posee las tierras más fértiles, mojadas por las aguas del canal Marco A. Cabral y experimenta un desarrollo inmobiliario de gran valor por las decenas de urbanizaciones que se han construido al sur de la ciudad y arropando lo que antes eran zonas rurales de Boca Canasta, El Llano y Sombrero. Desde hace años, ese crecimiento urbano le ha dado vida a la ciudad y continúa siendo el proveedor natural de los frutos menores de gran consumo en la capital y de exportación.

Prestarle oídos a los funcionarios y al sector privado con su regalo envenenado, sería sacrificar a miles de ciudadanos, que si no aprueba esa ruta del sur, supuestamente se perderían miles de potenciales empleos y millones de dólares no se invertirían, sumiendo en la pobreza a Baní. Sería similar a lo que en una ocasión Trujillo quiso sembrar caña de azúcar en las tierras ya mencionadas más las de Matanzas, previo desalojo de los habitantes de esas zonas, pero gracias al valor del síndico de aquella ocasión, que como quiera fue destituido, le hizo ver al dictador el error de hacer ese desalojo, similar a las devastaciones de Osorio en el siglo XVII. Trujillo entró en razones, y desde aquella ocasión, los campesinos banilejos disfrutaron de más agua en el canal ampliado para la siembra de caña, convirtiéndose en la base de una agricultura privilegiada.

 

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