El final de las tareas de la Asamblea Nacional Revisora coloca al país a pocos pasos burocráticos y de formalismo del estreno de una nueva Constitución. Como todo  acto humano de su naturaleza y envergadura, el estatuto de nación ha tenido partidarios  y adversarios que, en lo adelante, deberían sumar esfuerzos por hacerla respetar en toda circunstancia y momento. La nueva Carta, que unos definen como progresista y otros tildan de retrógrada, ha de llenar, a fin de cuentas, las expectativas de amplios sectores nacionales y deberá merecer un respeto indeclinable por parte de todos los ciudadanos, en el entendido de que solo el respeto de nuestras propias reglas nos permitirá crecer y adelantar.

  Más que  los meros formalismos que deben llenarse para el debut de la Carta en el escenario institucional de nuestra nación,  es necesario complementar sus disposiciones con las leyes adjetivas necesarias para hacer  viable la aplicación y  cumplimiento de sus mandatos. Desde luego, ha de presumirse que al concebir el proyecto de reformas tan profundas se ha tenido en cuenta este aspecto insoslayable. Hay  disparidad de criterios por la inclusión de artículos que, según algunos, no merecerían ser materia constitucional y sí base y fundamento de leyes adjetivas. Lo importante es asumir el compromiso de tener una Constitución para respetarla, no para que sea un simple pedazo de papel.

Motivos de nuestro orgullo

El Banco de Reservas y el Banco Central han estado de fiesta, el primero conmemorando su sexagésimo octavo aniversario y el segundo -seis años más joven- su sexagésimo segundo aniversario. El Banreservas, exitoso y en constante renovación en el servicio de multibanca, nació el 23 de octubre de 1941. Y el Banco Central, firme timón de nuestro sistema financiero, fue creado el 9 de octubre de 1947 e inició sus operaciones el 23 del mismo mes y año.

En particular, el Banreservas ha sido la mejor demostración de que el éxito es posible en las instituciones públicas. Su prestigio, nacional e internacional, se consolida a cada paso a través del crecimiento de sus activos y el constante aumento de su cartera de crédito y del número de clientes en todas las modalidades cubierta por esta entidad. Por otra parte, se hace sentir a través del respaldo a la cultura, el deporte y las artes. Ambos, desde  sus respectivas especialidades, son parte de nuestro orgullo.