SAN PEDRO DE MACORIS. La insalubridad e inseguridad ponen en riesgo a los estudiantes y profesores de la escuela del barrio Blanco de esta ciudad.
El plantel fue derribado en diciembre de 2012, dado lo deplorable de sus condiciones.
Pero la nueva edificación tiene más de cinco meses paralizada, sin que se sepan con certeza las razones.
Por esa causa los más de 600 estudiantes de las tandas matutina y vespertina fueron distribuidos en un pabellón de la escuela, construido con alucín, y otros en un local en construcción de la Iglesia Católica, el que se llena de agua cuando llueve.
Marisela Fernández, presidenta de la junta de vecinos del sector, declaro que es preocupante ver a los niños haciendo sus necesidades fisiológicas en los alrededores de los locales donde reciben la docencia, así como en viviendas cercanas.
De acuerdo con sus declaraciones, el contratista de la obra es el ingeniero Pablo Antonio Rodríguez López, quien no ha vuelto por el lugar.
Fernández explicó que no solo la insalubridad afecta a maestros y alumnos, sino también la inseguridad, porque con frecuencia agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) hacen operativos en la zona en busca de narcotraficantes.
La dirigente de la entidad barrial pidió la intervención del presidente Danilo Medina y de la ministra de educación Josefina Pimentel, para que vayan en auxilio de esa escuela, ya que la comunidad siente preocupación porque el año escolar va a finalizar con muchas dificultades y, temen que se inicie el próximo en las mismas condiciones.