El día ocho de diciembre último, el presidente Leonel Fernández pronunció un discurso al país en el que, entre otras obras a iniciar, mencionó su propósito de construir un tren desde Haina a Santiago de los Caballeros, y se presume que con estaciones en Bonao, La Vega, SFM y Moca.

Construya ese tren, Presidente, inícielo en enero; no pierda el tiempo, Presidente, que el tiempo es oro, que pasa y no vuelve, y en los políticos, representa una oportunidad “calva”, dicen en el Cibao, es decir, sin reprisse.

Los gobiernos de trece años del presidente Ulises Heureaux, el terrible Lilís, se recuerda no solo por sus excesos de crímenes y  peculado, Westendorp entre los últimos, sino porque construyó el tren Sánchez, SFM, Salcedo, Moca, Santiago-Puerto Plata, en 1897.

La tiranía del  generalísimo Rafael Leonidas Trujillo más que por sus crímenes horrendos y lucro personal del déspota, por organizar el Estado dominicano moderno, iniciar el proceso industrial y modernizar y ampliar la industria azucarera.

La Era Balaguer de 22 años aciagos, por las presas hidroeléctricas, autopista de cuatro carriles SD-Cibao y el faro al almirante Cristóbal Colón.

Más atrás, a Frey Nicolás de Ovando por organizar la colonia y construir la ciudad capital y el tercer Santiago de los Caballeros en Jacagua, no solo por el genocidio de los caciques en Jaragua.

El faraón Keops no por su despotismo común en todos los jerarcas, sino por construir la Gran Pirámide a la vera del padre de los ríos, el Nilo milenario.

En ninguno de esos hechos trascendentes, las poblaciones posteriores recordaron ni midieron el nivel de pobreza e indefensión de sus ciudadanos, sino la referencia testigo de sus obras.

Construya ese tren, Presidente, y trascenderá por siempre en la historia.

Su primer gobierno, Presidente, se recordará por iniciar los pasos de niveles y túneles para organizar el tránsito vehicular, el segundo por el Metro SD y el tercero por el tren al Cibao.