Hoy 
LUIS GONZÁLEZ
Asamblea Nacional Revisora o Asamblea Nacional Constituyente, los desacuerdos están en la forma. En el fondo existe un acuerdo nacional, el país demanda una amplia y profunda reforma constitucional. El presidente Leonel Fernández sabe que lo primero es institucionalizar el país, por lo que está promoviendo un proceso de revolución democrática que tendrá como punta de lanza la reforma a la Constitución.
Esa reforma debe hacerse ya, el país no puede seguir en el interminable círculo vicioso de la lucha electoral permanente, que coloca todos los temas importantes en un segundo plano. Para convocar a una Asamblea Constituyente no tenemos tiempo ni estamos preparados institucionalmente, por eso es que el Presidente prefiere, sólo en estas circunstancias, la Asamblea Nacional Revisora. ¿Pero si el país no está institucionalizado todavía, qué garantiza que una reforma constitucional por ese método será confiable? La forma. Esta vez los congresistas no se constituirán en Asamblea Nacional para reformar la Constitución a su antojo, esta vez recibirán un anteproyecto de Constitución que resultó de un amplio debate nacional. La Consulta Popular convocada por el Presidente, que en efecto ha sido la más plural expresión de participación en un proceso de reforma constitucional que ha tenido el país en toda su historia, ha venido para dar legitimidad a la Asamblea Nacional Revisora. Recientemente Luis Gómez Pérez, uno de los mayores defensores de la Asamblea Nacional Constituyente, dijo en la clausura del Encuentro Nacional de la Consulta Popular: esta es la verdadera Constituyente. ¿Por qué lo dijo? Porque conoció la consulta desde dentro; porque constató cómo todos los sectores sociales del país se expresaron, enviaron sus propuestas y las defendieron en las asambleas municipales o sectoriales. Leonel Fernández emitió el decreto 323-06 con el que se creó una comisión de trece destacados juristas dominicanos, con la encomienda de redactar el anteproyecto de Constitución que se enviará al Congreso para su conocimiento y posterior ratificación. El G-13 o grupo de los trece, tiene un compromiso con los miles de dominicanos y dominicanas que participaron de la consulta, su deber ineludible es refrendar todas las propuestas que fueron de consenso. Si después de tantos recursos invertidos en la consulta, el G-13 decide redactar un proyecto de Constitución que desoiga al pueblo, no sólo estará lacerando la voluntad popular, sino contradiciendo el interés del presidente Leonel Fernández, cuando inició el proceso de la Consulta Popular y cuando los designó a ellos. No obstante, confiamos en que se impondrá el buen juicio y que ni el pueblo, ni el Presidente serán defraudados por los distinguidos juristas. A los 178 diputados y 32 senadores que tomaron posesión el pasado 16 de agosto, se les presenta una oportunidad única de colocarse por encima de las coyunturas e incluso de sus partidos, para convertirse en los constituyentes que le darán al país la primera y única Constitución que ha surgido del seno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Senadores y diputados, defiendan el derecho constitucional que les asiste. Ratifiquen en el Congreso, lo que sus representados han propuesto y defendido en la consulta. Del G-13 y de los senadores y diputados depende que la consulta popular haya valido la pena, que de una vez por todas, la palabra del pueblo sea escuchada y tomada en cuenta. Llegó la hora de la revolución democrática, del Estado de Derecho y la Institucionalidad. Llegó la hora de la reconstrucción nacional.
