Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta del lector: Pienso que los hijos tienen que hacer lo que dicen sus padres. En mi casa hay reglas y hay que respetarlas aunque a ellos no les gusten. El que no esté de acuerdo no puede vivir en mi casa.
Respuesta de la terapeuta: Entiendo lo que usted me plantea. Corroboro con que existan reglas, éstas dan armonía en la relaciones. Cada persona del sistema familiar sabe de qué manera, cómo y cuándo actuar. Da sentido de pertenencia.
Estas pueden ser constructivas, armoniosas de acuerdo a la etapa de desarrollo, enfocadas en la enseñanza- aprendizaje. Permiten el reconocimiento de la autoridad democrática, permiten el diálogo, los miembros la validan porque se dan cuenta que cuidan y protegen.
Las reglas que desbordan la familia son aquellas impuestas porque se consideran que los hijos son objetos de su propiedad, sin derechos.
Podemos observar en estos padres características de personalidad donde existen pensamientos verticalmente rígidos sobre la autoridad, inseguridad, desconfianza, suspicacia, hostilidad, entre otras.
Generalmente, estos padres tienen una historia de maltrato infantil, aprendieron a obedecer rígidamente a la autoridad. Aprendieron que los padres son así.
Prevalecen la desconfianza y la suspicacia. Creen permanentemente que los hijos los van a traicionar y harán lo indebido. Están convencidos que a sus espaldas romperán las reglas. La inseguridad se apodera de ellos y reaccionan no dando el permiso o investigando cada detalle de la salida. Los hijos sienten mucha presión y viven la desconfianza que deciden declinar su salida.
Si las madres perciben que la autoridad de los padres es muy rígida tienden a flexibilizarse demasiado como mecanismo de compensación y reducción del estrés familiar. Es una pauta de descompresión del autoritarismo jerárquico, pero, pone en conflicto a las parejas.
Cuando la tensión de los padres autoritarios está en la cima, las madres pueden aliarse a ellos e intensificar el autoritarismo. Los hijos terminan explotando.
Dentro de las formas de explosión de los hijos podemos observar transgresión permanente de las reglas, disputa con los padres, conductas agresivas, hostiles, bajo rendimientos escolar. La reacción se dirige a no satisfacer a los padres.
Los hijos se dan cuenta que la alimentación, la higiene, los estudios, el buen comportamiento son importantes para ellos por lo que reaccionan contrariamente.
Modificar el sistema coercitivo de educación y disciplina puede ser la llave de las relaciones de confianza.