Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora: La profesora me ha dicho que tengo que buscar una psicóloga porque mi hijo está presentando conductas agresivas en el colegio. Me gustaría conocer su opinión sobre estas conductas.

Respuesta de la terapeuta: La recomendación de la profesora ha sido muy acertada. Busque una terapeuta con especialidad en terapia infantil y con experiencia. Es importante que su niño tenga un buen abordaje.

La información que usted le dará a la especialista es muy importante. Ella tendrá que conocer cómo ha sido  el desarrollo de su hijo y a partir de cuando se iniciaron  estas conductas.

Hay niños que pueden tener conductas agresivas como rasgo de personalidad y otros pudieran estar reaccionando a estímulos que  interprete como frustrantes.

Otros niños reaccionan con hostilidad cuando se sienten maltratados.

Habría que detectar cuáles de estos aspectos estarían incidiendo en la conducta de su hijo.

No podemos dejar de lado que existe una tendencia de los hijos a identificarse con el padre y en consecuencia, una alta probabilidad de que exprese la misma conducta, como un estilo conductual,si el padre manifiesta actitudes agresivas.

Si el modelo agresivo es la madre, la tendencia del hijo es expresarla  fuera del hogar.

Las conductas de ira de los niños no siempre se manifiestangolpeando, estrellando, pateando, gritando, sino, que puede ser una ira implosiva, la cual se siente internamente.  De manera que tendría que ver si la expresión de la ira es externa o interna.

Otro elemento a considerar es  el control interno del niño. Me refiero a la inversión interna que hace el niño para controlar la expresión de la ira, a los recursos internos o capacidad para retardar sus reacciones.

Querida mamá, usted puede ir ayudando a su hijo de la siguiente manera: primero no reaccione con conductas agresivas para detener la del niño. Segundo, promueva en el niño pensar sobre su enojo y las consecuencias sobre  sí mismo y los demás. Tercero, promueva en él buscar otras soluciones. Invite al niño a que exprese varias alternativas, y que él mismo elija la que considere  le pueda dar mejor resultado.

Enseñe a su hijo algún ejercicio de respiración, relajación y visualización.

Involucre al padre para que participe y aporte datos importantes que puedan ayudar en la modificación de la expresión de la ira. Usted verá grandes resultados.