Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora: He  sufrido mucho desde que supe que mi esposo tuvo un hijo fuera de la relación. No acabo de entender por qué lo hizo. No salgo de la confusión y la rabia. No quiero que mis hijos lo sepan. Le prohibí que se lo dijera a mis hijos y mucho menos que los reúna. Para mí siempre será el hijo de la calle. No quiero que goce  los  mismos privilegios que los hijos míos.  Quiero su consejo.

Respuesta de la terapeuta: Lamento la situación por la que está atravesando junto a la familia. La situación hay que manejarla con cuidado porque el impacto trasciende la relación de pareja y afecta a toda la familia.

Tanto la nuclear como la de origen.

Si usted ha decidido permanecer en la relación tendrá que tomar decisiones pertinentes  para sobreponerse a la realidad que se le ha presentado.

Considero, como punto de partida para usted, iniciar una aceptación de que su ideal de familia, padres y pareja cambió. Ahora esta es su familia real. Duele renunciar a ese proyecto idealizado de familia.

Su  pareja aceptó la paternidad, en consecuencia asumirá conductas parentales hacia ese nuevo niño. Buscará estar en contacto, posiblemente con la anuencia o no de usted.

Si él decidió embarazar otra mujer es porque estaba consciente de lo que hacía.  Posiblemente seguirá  con su decisión de velar por esa criatura.

Considere qué es lo menos tóxico para la familia y sus hijos. Escuche el discurso de su pareja y se dará cuenta cuál es su actitud hacia esta situación. Si está dispuesto a estar cerca de la nueva criatura, lo hará esté usted o no  a favor de ello.

Sus hijos tarde o temprano sabrán de la presencia de un hermano. Es preferible reciban la información del padre y les explique sobre la situación. Deje sea él quien lo asuma.

Es parte de las responsabilidades que tendrá que asumir.

Discuta con su pareja que no les imponga a los hijos  conocer de una vez la criatura. Ellos tendrán que procesar la información.  El padre esperará que ellos soliciten conocerlo. Evitar imponerlo. Es un proceso gradual de aceptación. Hágale saber a su pareja que también usted necesita tiempo para procesar la información y adaptarse a la nueva realidad.

Decida lo más conveniente para usted y la familia.