CONSULTORIO DE FAMILIA

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Sicóloga, Terapeuta familiar.
Pregunta lectora: Tengo una niña de 6 años. Ella ha crecido en un hogar  muy disfuncional. Su padre es una persona de  temperamento fuerte, y yo también.  Hace unos meses estuve separada de él. Ella me vio sufrir con la separación.  Luego, las cosas se solucionaron. Actualmente, cada vez que ella escucha que nos hablamos fuerte, se preocupa  y no nos deja solos. Cuando él no está, se preocupa. Cree que él no va a regresar. ¿Qué puedo hacer?

Respuesta de la terapeuta: Cuando los hijos están involucrados en los conflictos de los padres, se le llama triangulización. Cuando se activa la discusión, ella, angustiosamente se involucra en el problema, creyendo que puede ayudar para que ustedes no discutan. La ansiedad y angustia aumentan ante el miedo inminente o por la fantasía de separación.

 La discusión entre ustedes activa su sistema emocional, se mantiene alerta y reacciona automáticamente. Se involucra, se acerca, pregunta o llora con el objetivo de disuadir la discusión.

 Los niños suelen presentar  síntomas  depresivos y ansiosos cuando sus padres se separan. Su mapa mental y   sistema emocional están configurados con ustedes como una totalidad familiar. Los infantes no comprenden que sus padres son parejas maritales. No diferencian ambos subsistemas.

 Cuando están pequeños no se ven, aún, como una entidad psicológica independiente. Necesitan de los padres para sostener su configuración emocional y su identidad como persona. Ahora bien, dado que la familia es disfuncional con presencia de discusiones intensas, donde ambos expresan reactivamente emociones que   afecta a sus hijos, los temores son más intensos. Entra en juego la variable “daño”, refiriéndonos al impacto o secuela psicológica que deja en los hijos.

 En la niña el temor  puede aumentar significativamente si se percata que hay uno que tiene más fuerza física o actitudes más agresivas que el otro. Teme  que uno le haga daño al otro. La ansiedad puede dispararse más en ese momento, y correr hasta ustedes para detenerlos. Si los padres están en una acalorada discusión y la niña entra a participar para calmarlos, pueden dañarla a través de insultos, diciéndole que se calle, que no se meta, que se vaya, o podrían golpearla. En ese momento no existe control. Si para ustedes la situación es intolerable y han llegado a separarse, qué será para la niña.

 Busquen ayuda. Si no por ustedes, háganlo por ella

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