Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora: Tengo 20 años de edad. Mis padres desde niña me han inculcado que no debo confiar en nadie. Me lo he tomado en serio. Estoy que no confío ni en mí misma. Mientras más pasa el tiempo estoy más apática, egoísta. En la desesperación de ser diferente y no lograrlo, intenté una vez  acabar con mi vida. Les he contado esto a mis padres, pero no me orientan bien en ese sentido. No sé qué hacer. ¡Por favor, ayuda!

Respuesta de la terapeuta: Nunca es tarde para  cambiar y madurar. En el recorrido por la vida hay muchas oportunidades para el cambio. Fíjese cómo a pesar de lo que sus padres le dicen y las inseguridades que le generan, sigue buscando  un nuevo sentido y significado a su vida.

Sigue buscando por otros medios   ser diferente a ese mandato familiar que la oprime como ser humano,  en  procura de ser una persona con una  nueva afirmación de sí misma.

Desde la niñez, los hijos asumen la verdad de los padres como  absoluta.  Conforme se va creciendo, conociendo, leyendo, estudiando, se piensa, reflexiona, cuestiona,  se comienza a interpretar la realidad desde otro punto de vista, a partir de su propia conciencia, no tan solo desde el punto de vista de ellos.

Se confía en los demás a partir de la autoconfianza.  La confianza se puede transmitir de una generación a otra a través de pautas de funcionamiento familiar. 

Quizás sus padres han tenido experiencias pasadas de las que aprendieron a desconfiar y transmiten a sus hijos la misma desconfianza. Pero no tiene por qué seguir siendo así.

Usted está cuestionando el porqué, cuestiona porque se ha dado cuenta que no le está dando resultado para la convivencia con su grupo de iguales y el sentimiento que le provoca.

Esto pone en evidencia que no está  totalmente atrapada en una realidad que  comienza a valorar como absurda, que puso en juego su vida.

Además de las lecturas le recomiendo buscar una persona guía de mucha confianza con quien pueda seguir valorando el punto de vista de sus padres y el suyo.

Busque entre  los miembros de su familia; o bien, otra persona que la ayude a mejorar la autoconfianza y le dé herramientas para socializar asertivamente.

Ser asertiva, comunicativa y sociable se aprende.

Tiene toda la capacidad para serlo.