Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta del lector: Soy una mujer que vive en una situación de violencia. Mi esposo me maltrata hasta delante de mis hijos. Sin embargo, luego de las golpizas dice que no lo va a volver a hacer, que me ama y esto sólo dura hasta la nueva golpiza. ¿Qué debo hacer?
Respuesta de la terapeuta: Si su pareja la agrede o maltrata delante de sus hijos está cometiendo doble abuso: con usted y con ellos por ser testigos o víctimas de violencia.
Golpear y luego arrepentirse, pedir perdón no es más que una fase del ciclo de la violencia. El ciclo se perpetúa en el tiempo.
Se inicia con la fase de acumulación de tensión, la cual va en intensidad creciente. Podría comenzar con insultos, descalificaciones, humillaciones hasta llegar al episodio agudo.
En este ocurre la golpiza, tirones de pelo, empujones, entre otras, acompañadas de explosión verbal. Cerrando el ciclo con la fase de arrepentimiento o luna de miel, es decir, pidiéndole perdón, que no lo volverá a hacer, que va a cambiar
De esta forma se cierra el ciclo para reiniciar. El ciclo variará en cada hombre. Las golpizas podrían variar en el tiempo, diarias, interdiarias, semanales, etcétera.
La frecuencia e intensidad irán en aumento. Su vida podría correr peligro. Su integridad psicológica se deteriorará.
En cada episodio la hará sentir culpable de su conducta violenta responsabilizándola de su ira y frustraciones. Le dirá que usted es quien le provoca. Es importante que usted sepa que la conducta violenta de su pareja no depende de usted, si no de él mismo.
La violencia del hombre contra su pareja lo que busca es someter, dominar y controlar. Cada episodio tendrá el mensaje de que la próxima vez podrá ser peor.
Las mujeres que son víctimas de violencia por su pareja son sometidas a una serie de estrategias de dominio que usa el maltratador.
Si logra desintegrarla psicológicamente imposibilitará salir de la relación. Miedo y culpa paralizan.
Las secuelas psicológicas de los hijos que viven el drama de la violencia contra su madre van más allá del sufrimiento, viven rodeados del clima de la muerte.
Aprenden a resolver conflictos a través de pautas violentas. Se pueden convertir en futuros maltratadores y las hembras en víctimas.
La violencia es un delito penado por la Ley 24-97. Vaya a la Fiscalía y denúncielo.