CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora: Mi novio  decidió terminar conmigo sin darme explicaciones. Cuando  lo conocí tenía  4 años sin pareja.  Nunca sané las heridas que me había dejado la otra relación.  Ahora me he sumergido en una depresión profunda. No salgo de mi habitación. Al trabajo llego de mal humor. Me paso todo el día triste.

Cuando llego a mi casa me dan ganas de llorar. El ocupaba casi todo el tiempo.  Esta relación me marcó en el sentido de que había muchas ofensas.  Lo he llamado pidiéndole una explicación, saber  en qué fallé. No responde. Llegué al punto de darle dinero.  Siento que  se burló de mí, porque de repente dio un cambio radical conmigo. ¿Cómo lo saco de mi vida?

Respuesta de la terapeuta: Pensar en este momento que fue culpable no tiene sentido. Su único sentido es buscar la razón de por qué él abandonó la relación. Quizás, las explicaciones que podría dar no justificarían su punto de vista.  Fíjate que hasta dinero le diste y de nada sirvió.    

Por la descripción que has dado de él,  parece ser una persona que no cree en la relación, por lo que, no creo que tenga deseo de estar contigo.

Si la depresión que te embarga en este momento se extiende por más de un mes o dos meses, busca  orientación  psiquiátrica  para valorar los sentimientos depresivos. Es de esperar que ante la pérdida de un ser querido aparezca este estado de ánimo. La depresión por pérdida suele ser transitoria hasta que logre aceptar la separación. Es muy doloroso perder a un ser amado. Da la sensación que se perdió una parte de sí misma.

Párate de esa cama, busca actividades  placenteras. Reúnete con las amigas. Cuando vengan esos pensamientos que te traerán dolor y sufrimiento, deténlos inmediatamente y sustitúyelos por uno positivo. Muévete a hacer cosas por ti.  Camina media hora todos los días. Escucha música. Mientras más pensamientos negativos vengan a tu cabeza y los dejes entrar, aumentará tu sensación de tristeza.

La tristeza patológica, nos dice Enrique Echeburúa, es la que se alimenta constantemente. Existen dos condicionantes para que ocurra. La primera es pensar negativamente o interpretar lo que te ocurre negativamente. La segunda es asumir un comportamiento con conductas aislantes. No te da deseo de ver gente, te retiras de los entretenimientos que te gustan y rehúyes hablar con las personas.          

Te invito a romper el circuito de la tristeza.

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