Pregunta de la lectora: En la actualidad oigo hablar de que la conducta del hombre machista afecta la relación de pareja. Puede escribir sobre esto.
Respuesta de la terapeuta: La cultura patriarcal ha regido durante milenios de años sobre el comportamiento del hombre manteniendo la supremacía sobre la mujer. En consecuencia, la mujer ha subordinado complementando la díada dominio-sumisión, a partir de los mismos constructos culturales y sociales.
Los hombres han aprendido a vivir en el confort de una jerarquía estable en la cual esperan la conducta de sumisión de la mujer frente a ellos. La mujer por condicionamiento cultural ha jugado un rol pasivo dentro de la relación.
Mientras ellos no sientan el desafío en su posición de poder no habrá reacción, porque no sienten la amenaza que haga tambalear su posición jerárquica dentro de la relación.
Cuando perciben algún cambio que afecte su poder, su posición jerárquica, sentirán que están en peligro. La interpretación subjetiva será que la mujer lo está desafiando, desobedeciendo, lo que los llevará a reaccionar agresivamente.
Dependiendo de la interpretación subjetiva del hombre acerca de la conducta de la mujer, reaccionará.
Veamos un simple ejemplo, el hombre considera que puede llegar a la hora que considere a su casa sin avisar que llegará tarde, cree no tener que participar su tardanza, no le gusta que le pregunten a qué hora va a llegar, dónde estaba, con quién, ni por qué llegó tan tarde, que no le llamen, entre otras.
Entienden que la mujer tiene que aceptarlo porque es el hombre de la casa y que ella no tiene derecho a cuestionarle sobre su conducta.
Si la mujer asume este tipo de comportamiento el hombre reaccionará enojándose, peleando, dejándole de hablar y en un extremo golpeará a su pareja.
Estudios indican que cuando ellos perciben que su jerarquía dentro de la relación peligra y la mujer se convierte en una amenaza que desestabiliza su jerarquía, los niveles de testosterona y cortisol aumentan generándole estrés, aumentando la tendencia a la ira y la agresividad.
Un hombre cuya interiorización de la relación de pareja es golpear para que ella se mantenga bajo su dominio, lo hará sin reparo.
La mujer aprenderá paulatinamente a someterse para no ser agredida ni recibir la descarga de ira de su pareja.
Si él sigue manteniendo esa conducta afectará psicofisiológicamente a la mujer.