CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta del lector:
Me he dedicado a estudiar y practicar acerca de las relaciones de pareja. Actualmente conozco demasiado los sentimientos de las mujeres. Inicio una relación y al cabo de 4 meses debo terminarla, pues no me siento bien con esa persona. Salen muy afectadas, pues, no hago las cosas porque las siento sino porque sé cómo hacerlas. Me siento vacío. Un consejo.

Respuesta de la terapeuta: El conocimiento es una herramienta muy poderosa. Puede ser usado para el bien personal y el de los demás, como para manipular y dañar.

El uso sano y responsable del conocimiento es determinante en las relaciones interpersonales. Es de carácter ético.

El área cerebral, corteza prefrontal, desempeña la función ejecutiva que permite distinguir los pensamientos conflictivos, realizar juicios acerca del bien y del mal, tener control social, inhibir los comportamientos impulsivos, los cuales podrían generar comportamientos sociales inaceptables.

 Esta zona cerebral ha sido nutrida por las experiencias vividas de las personas durante el transcurrir de su existencia. El pensamiento y el comportamiento estarán influenciados por la forma en que se interprete la realidad y el significado que se le asigne partiendo de cómo se tenga amueblada esta área.

 Es importante conocer la historia individual de cada persona para comprender por qué actúa de determinada manera. El conocimiento basado en la autobservación y reflexión afianzará la madurez emocional modelando las relaciones interpersonales desde la posición de un Yo maduro.

Cuando se alcanza un estado de madurez, y por ende un apego seguro, se pueden establecer vínculos afectivos sanos.

La lectura, estudiar, conocer se puede hacer en dos direcciones. Una, para comprenderse a sí mismo y crecer. Otra, para intentar conocer al otro y explotarlo, manipularlo o extorsionarlo. El conocimiento no siempre implica madurez emocional. Puede existir una disonancia entre el afecto y el conocimiento.

Le sugiero piense sobre su verdadero propósito en las relaciones. Si usted piensa en tener relaciones con mujeres para manipularlas y hacer uso instrumental de ellas, terminará mal.

Busque ayuda, conozca su estilo de apego y trabaje sobre él. El tipo de apego que usted desarrolló en la infancia incidirá en el estilo de apego actual.

Algunos de estos estilos de apego son: seguro, desorganizado, ansioso-ambivalente, evitativo. Estos se establecen a través de los vínculos primarios madre-padre o figuras sustitutas.

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