CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta del lector
: Mi hijo adolescente  ha tomado dinero a su mamá, sin su permiso, para apostar en juegos. Le hemos prohibido hacerlo. Lo hemos castigado y golpeado. Nada nos ha resultado. Somos una familia pobre, pero muy trabajadora. Comenzó a coger dinero desde que tenía 13 años. Estamos desesperados. No sabemos qué hacer. Nos preocupa vaya a salir un delincuente. ¿Qué nos aconseja? Padres desesperados.

Respuesta de la terapeuta: Estamos observando jóvenes que se hacen adictos al juego, situación que crea un malestar familiar y social.

Habría que descartar si, de fondo, nos encontramos ante una ludopatía. O si se trata de una conducta que podría estar reflejando un malestar familiar sin constituirse en una adicción.

La primera observación a señalar es que su hijo toma muy en cuenta a quién le coge el dinero en casa. Sólo lo hace con la madre y no con usted. Por lo menos usted no se ha dado cuenta. Podría estar reaccionando frente a usted por miedo.

Note la flexibilidad y vulnerabilidad de la madre, lo cual hace posible que él se siente libre de coger el dinero de ella y no el de usted a quien, posiblemente, reconoce como más estricto. Estamos frente a una estructura parental con estilos educativos opuestos. Esto es caldo de cultivo para que los hijos asuman conductas no aceptadas por el sistema familiar.

Parece que desde un principio no establecieron consecuencias de los actos de su hijo, para responsabilizarlo de su mala conducta.

Habría que valorar si la madre ocultaba la conducta de su hijo para evitar que usted fuera más severo. Esta acción pudo haber reforzado la conducta del joven.

Ahora bien, si su hijo ha estado comportándose de esta manera y a pesar de las consecuencias que ustedes le han impuesto y no han logrado que cambie su conducta, sin duda alguna, significa que se han convertido, sin darse cuenta, en reforzadores de la inconducta que quieren extinguir.

El comportamiento se hace más compulsivo y difícil de transformarlo.

La conducta se ha vuelto compulsiva, no puede parar. Quizás sienta ansiedad al no jugar y al hacerlo también. Podría estar consciente de que lo que hace está mal, pero, no puede dejar de hacerlo.  Es característico de las conductas de adicción al juego.

No le golpeen. Busquen ayuda urgentemente. Su hijo la necesita.

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