Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora: Si la persona percibe que su vida ha sido dura, difícil y sufrida,  vive   en la creencia de ser víctima predestinada al sufrimiento. Usted dice en su artículo del lunes 17 de mayo que la persona puede sobreponerse a situaciones que hayan provocado sufrimiento. ¿Podría darnos algunos ejemplos que nos permitan cambiar actitudes?

Respuesta de la terapeuta: Iniciar con la  decisión de hacerlo es el primer paso. Quien no decide, no avanza hacia el cambio y la reconstrucción de una nueva identidad no sufrida. Recomiendo que se identifique, precise, cuáles son aquellas situaciones que entiende son de prioridad para usted.

Siendo cautelosa, ir definiendo como ir logrando esos cambios.

Las personas viven  cargadas de creencias culturales, las cuales  nos asignan roles estereotipados de como debemos ser y comportarnos, así mismo, cargamos con códigos y cargas familiares que  se imponen inconscientemente en    nuestra forma de pensar.

Construir mediante una nueva narrativa  su vida y persona la moverá hacia una nueva visión de su realidad pasada y la actual. Veamos, si usted tuvo una relación traumática con sus padres en la que experimentó algún sufrimiento mientras vivía con ellos y hasta el momento les guarda rancor, le sugiero investigar con ellos o con algún familiar cercano acerca de conocer cómo fueron las experiencias de sus padres como hijos, a su vez. Esto le ayudará a comprender por que sus padres actuaban de esta manera con usted. Esto le ayudará a humanizarlos y entender que sus formas de crianza fueron  respuestas a un aprendizaje de su propia vida. O quizás  entendían que era la manera correcta de hacerlo por falta de conocimiento e información de como desarrollar las competencias parentales.

La historia de vida de sus padres le hará ver el rostro humano de ellos. Tendrá la oportunidad de observar a través de la narrativa de sus padres que, quizás, fueron niños muy lastimados y con carencias de cuidados parentales. O con historias de abandonos.

Irá pasando de verse como la única víctima de la vida y de sus padres a una visión que comprende el hecho de que ellos sufrieron en su infancia. Podríamos inferir que fueron tan afectados que no pudieron desarrollar competencias de buenos tratos.

Esto le permitirá reconectar con su pasado de forma distinta, humanizar a sus padres y descubrir que tiene el poder de reivindicar su experiencia de vida.