CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta del lector:
¿Cree usted que después de la Ley 24-97 se  han incrementado la violencia contra la mujer y los  homicidios? ¿Denunciar a la pareja y enviarla a prisión contribuye a la  desintegración familiar?  ¿Cuál es su consideración?

Respuesta de la terapeuta: El tema que usted plantea es importante. En  la actualidad  la violencia contra la mujer, tanto en las relaciones de intimidad en la pareja como de género, es un fenómeno  que las pone en riesgo de muerte junto a sus hijos.

Las feministas comenzaron a visibilizar la violencia de género como una realidad histórica, social, económica a través de la cual el hombre ejercía control y dominio sobre la mujer. Son quienes  denuncian que la violencia en cualquiera de sus manifestaciones es la conducta del hombre para dominar a la mujer. Demostraron el desequilibrio de poder existente entre el hombre y la mujer.

Las luchas universales  de las feministas promueven en los distintos países acuerdos internacionales para prevenir, erradicar y sancionar la violencia contra la mujer.

A partir de los compromisos de las distintas convenciones se comienza a legislar a favor de leyes que promueven la sanción de las conductas violentas de los hombres contra las mujeres, sean parejas o no. Es cuando nace la Ley 24-97.

La violencia contra la mujer e intrafamiliar tiene rango constitucional. Nuestra nueva Constitución, en su artículo 42, la condena. De manera que no prevenir, sancionar y erradicar la misma es una violación a la nueva Carta Magna.

Da la impresión que a partir de la aparición  de estos instrumentos legales  hay un aumento de la violencia intrafamiliar. Creo, más bien, que se trata de conciencia del fenómeno. Antes no había dónde denunciar y mucho menos hacerlo porque carecíamos de leyes y fiscalas especializadas en el tema. No había estadísticas, registros. Se justificaban los homicidios contra las mujeres presumiendo “muerte pasional”.

Respecto a su segunda consideración, pienso que alegar no denunciar y sancionar la violencia contra la mujer para no desintegrar la familia es preocupante. Promover la integralidad familiar a expensas de que ella acepte pasivamente golpes, amenazas con armas de fuego o machetes, retorceduras de brazos,  intentos de asfixia, golpes y patadas en el vientre cuando está embarazada, martillazos, botellazos, etcétera, es erróneo.

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