CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora
: ¿Por qué los padres tienen hijos favoritos? ¿Qué influye para que éstos se encariñen o identifiquen con un hijo en específico? Razones posibles y cómo marca esto la personalidad  de ellos.

Respuesta de la terapeuta: La preferencia por algunos de los hijos puede ser frecuente y muy

notoria en muchas familias.

Esta dependerá de diferentes variables. Una de ellas podría relacionarse con la tendencia a valorar a los primogénitos, que podría estar matizada por la preferencia dada por la condición de género.

Los padres son los que valoran  a cada uno de los hijos  asignándoles atribuciones especiales o de importancia; o bien, con valoraciones disminuidas o de  bajas expectativas. Estas atribuciones marcarán la pauta relacional entre ellos.

Las condiciones físicas o intelectuales son un punto a tomar en cuenta. Muchos padres se inclinan a los hijos que más se les parecen. En otros, si les recuerdan a sus madres o padres.

Hemos visto en familias que después de la pérdida de una criatura, a otra le asignan atributos especiales. Vendría a sustituir a la que falleció.

Los padres tienden a hacer alianzas con uno de los hijos asignándoles funciones especiales tales como: ser amigos, confidentes, compañeros/as sentimentales cuando las parejas no cumplen esas funciones.

Las madres suelen establecer una relación especial con uno de los hijos para suplir las necesidades afectivas y de cuidado que no son proporcionadas por sus parejas. Se busca cubrirlas a través de  una relación muy cercana con tendencia a la fusión, en la cual se puede perder la autonomía.

Atrapar a los hijos en relaciones especiales dentro del sistema familiar, específicamente con uno de los padres, podría afectar el estilo de personalidad, como por ejemplo desarrollando un estilo dependiente, perfeccionista, egocéntrico, entre otros.

Los hijos  triangulizados por la díada parental corren el riesgo de perder su autonomía. Quedan mutilados por la relación fusionada. El yo podría estar comprometido y no madurar de acuerdo a su etapa de vida.

Quizás podrían ser muy inteligentes intelectualmente, pero, inmaduros emocionalmente. Los padres los necesitan cerca, no independientes.

Los hijos atrapados como preferidos o rechazados afectan la percepción sobre sí mismo. Terminarían sintiéndose niños especiales o rechazados. Ninguno de los extremos aportaría a la salud emocional, y en consecuencia a la personalidad.

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