CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora
: Mis hijos viven discutiendo y peleando por todo. Estoy cansada de lo mismo. Por más que los corrija no me hacen caso. Vuelven a pelear. Los he puesto de castigo y les he golpeado. ¿Qué me recomienda?

Respuesta de la terapeuta: Creo que todo comportamiento inadecuado de los hijos debe representar una oportunidad para aprender y enseñar. Cuando vea disputa entre ellos, le recomiendo llamar a los que están implicados. Colóquelos uno frente al otro, y usted entre los dos. Ponga sus manos en el hombro de cada uno. Esto para centrarlos y calmarlos.

Además, para que sientan la firmeza suya como coach y autoridad mediadora. Pídale a cada uno que exprese cuál es el problema. Luego que cada uno haya expresado su opinión acerca de lo que generó el problema, pídale que den una alternativa para resolverlo  de otra manera. Una vez obtenidas diferentes alternativas, motíveles a manejarse así. Promueva el compromiso de  los hijos a cumplir los acuerdos a los que han llegado.

Si volviesen a pelear. Siéntelos en la mesa con usted. Ellos siempre de frente y usted al lado, en el puesto principal, de manera que les quede claro que usted no está a favor de uno ni de otro.

Conversen qué pasó que quebrantaron el acuerdo anterior. Y restablezca una nueva alianza entre ellos.

Procure hacerles notar que  no respetaron el acuerdo. Pregunte, explore, dónde estuvo la debilidad que los llevó a no respetar lo que habían acordado.

En esta segunda fase de incumplimiento, indague qué consecuencias tendrán si no respetan los acuerdos establecidos. Deje claro  que usted hará que las consecuencias  se cumplan.

Estas técnicas son muy efectivas porque promueven la solución de conflictos basándose en el diálogo y negociación.

Sus hijos aprenderán que no es necesaria su presencia para resolver sus diferencias, porque ellos tienen las herramientas para solucionarlas.

El conflicto suscitado representa una oportunidad para enseñar a solucionar conflictos entre hermanos, sin que usted se involucre, dando soluciones. Que sean ellos mismos los agentes de cambios.

Elimina los golpes y promueve en ellos la asertividad en la solución de conflictos y en un diálogo abierto centrado en el respeto entre ambos.

No desmaye en mantener su actitud de no involucrarse y decir qué hacer, si no, centrarse en que ellos sean los responsables.

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