Pregunta de la lectora: Mi pareja y yo tenemos 7 años juntos. Cuando éramos novios me fue infiel. Dice que no fue nada. Lo perdoné. Cuando estaba embarazada de mi último bebé  descubrí otra relación. Lo perdoné  nuevamente. Siempre se dan momentos que me hacen desconfiar. Se puso a taxiar, llegó a las 5 de la mañana. Me pide que confíe, que él no puede más. Me es difícil confiar. Es buen padre. No sé qué hacer.

Respuesta de la terapeuta: La pareja que es infiel, generalmente lo niega. Tiene que haber pruebas contundentes para ser aceptada.

La pareja infiel intenta no comprender, no entender que con esta conducta quebrantó el contrato emocional de fidelidad, lealtad y de exclusividad  sexual. Es por eso que duele tanto y se desactiva el sistema de confianza.

La confianza es la esperanza   que mantiene la pareja; confianza de uno hacia el otro de que mantendrá  una relación exclusiva. La pareja presume que el otro preservará ese contrato emocional y que el mismo será inviolable.

Al quebrantarse ese contrato, la pareja engañada siente un profundo dolor y una fuerte decepción ante la transgresión del contrato emocional que afecta el tipo de vinculación afectiva.

Quien engaña no está dispuesto a sentir ningún tipo de manifestación de dolor, ni mucho menos reprimendas. Sólo pide que se acepte el perdón, pero sin aceptar vivir las consecuencias de la conducta de infidelidad. Esto hace más doloroso el afrontamiento para quien la sufre.

La pareja engañada espera  que se reconozca la conducta de infidelidad y el quebrantamiento al contrato emocional.  Espera que  su cónyuge muestre un  arrepentimiento definitivo.  Una acción reparatoria encaminada a recuperar la confianza y dar seguridad de que no volverá a ocurrir.

Si la pareja sigue con un comportamiento que le genera mayor desconfianza, usted tendrá que fijar una posición firme y poco tolerante al respecto.

Intente separar su sentimiento de pareja de los roles de madre y padre. Así no podrá observar y decidir acciones para fijar una posición. No podrá ver al marido si no es a través del padre. Si enfrenta la situación desde la visión maternal, su punto de vista quedará sesgado ante la mirada hacia el buen padre y no al marido infiel. Hay personas que no pueden  ser fieles a sus parejas. Otra opción es ir donde un psicoterapeuta que les ayude a enfrentar esta situación.

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