Pregunta lectora: Mi esposo y yo  estamos jubilados. Queremos  tomar algunas medidas para hacer algunos cambios a nuestro favor. Mudarnos a una casa más pequeña. Tenemos una hija y nietos que viven con nosotros. Sabemos que necesitan les ayudemos, pero ya están grandes. A veces tenemos conflictos serios. Nos apena a esta edad estar sufriendo esto. Pensamos deben mudarse. Estamos entre el miedo a dejarlos solos y no sepan valerse, y el deseo de seguir ayudándolos. ¿Cree está bien  hagamos el cambio?

 Respuesta de la terapeuta: La familia pasa por diferentes ciclos y cada uno de ellos tienen sus funciones. La etapa del nido aparece cuando  los hijos crecen, se vuelven adultos y logran autonomía. La pareja vuelve a la unidad inicial, pareja sola.

 A diferencia de la primera etapa de formación, esta es de reencuentro, de nuevos planes y disfrutar de las expectativas que habían sido relegadas para dedicarse a desarrollar la familia y alcanzar metas para cuando llegara la etapa de jubilación.

 Algunos padres no se dan cuenta que sobreproteger a los hijos y ayudarlos sin límites en la crianza de los nietos, los infantilizan, impidiendo que se hagan responsables del desarrollo de sus hijos. Los abuelos se vuelven padres, dejando sin participación activa a las madres. No se dan cuenta que se vuelven críticos de los hijos. Se les envía el mensaje de que no saben hacerlo, nosotros sí. La repetición de esta pauta va modificando los roles  de las madres. Probablemente, para evitarse problemas con sus padres van abandonando sus funciones, dejando que los abuelos se encarguen. Quizás procuran no se les critique, y una forma de evitar confrontaciones con los padres.

 Los nietos van creciendo bajo un sistema familiar poco claro, el rol de autoridad pudo quedar confuso y no saber a quién responder. Aparecen conflictos intergeneracionales entre abuelos, padres y nietos.

 Nunca es tarde para reestructurar la familia y hacer un intento de delimitación de los límites funcionales. Los abuelos vivir su experiencia de pareja jubilada, la madre  empoderarse de su rol y los nietos alcanzar su autonomía por sí mismos.  Hay que darles la oportunidad a la hija y nietos para que les demuestren que ellos aprendieron bien las enseñanzas transmitidas por ustedes.

 Darles la oportunidad y el voto de confianza, de que  podrán sobrevivir sin ustedes, les ayudarán a estar más tranquilos.

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