CONSULTORIO DE FAMILIA

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Soraya Lara de Mármol

Palabras de Navidad. De alguna manera esperamos la celebración de la Navidad. Cada persona tiene su representación e interpretación de la celebración.

La Navidad tiene un trasfondo religioso asociado al nacimiento del niño Jesús, el mesías cuyo sacrificio fue salvar a la humanidad de sus pecados. Es un período asociado a festividades de orden espiritual, reuniones familiares, consumos excesivos, celebraciones paganas, cuyo carácter puede reflejar alegría o tristeza en las personas, de acuerdo al significado que le asignen a la ocasión.

Quizás el que tiene espíritu alegre se sobreponga a todas las experiencias desagradables, las trata de obviar, modificar o reinterpretar excusando a aquellas personas o situaciones que les puedan afectar o distorsionar su estado gozoso. Huye, evita estar con personas quejumbrosas y falta de ánimo.

Quien se encuentra en el polo opuesto, se la pasa rumiando diciendo que no saben qué es lo que tanto celebran, que esta fecha es igual a todas las del año. Le cuesta comprender y hacer empatía con las personas alegres, mucho menos les acompaña a celebrar.

En estos días podemos encontrarnos con ambos tipos de personas. Nuestra tolerancia a ser receptivos puede resultar interesante y una experiencia de aprendizaje. Aprendemos a aceptar las diferencias, a ser tolerantes y comprender que todos interpretamos y vivimos de acuerdo a nuestras experiencias pasadas y presentes.

No podemos celebrar a uno y criticar al otro. Cada quien es dueño de su realidad, sus alegrías y tristezas. Claro está, comprendemos, dejamos que otros sean, pero disfrutamos de ser lo que somos sin dejarnos afectar o lesionar por los sentimientos de otras personas que nos pueden poner al ruedo de aquello que no queremos vivir. Aceptarlo es vivir la experiencia del otro y no la propia.

Tener un espíritu creativo en el arte de vivir la vida hace la diferencia. Nuestras emociones son los colores que se plasmarán en el lienzo de la vida y las relaciones humanas.

Cada quien es responsable de pintar su cuadro de su existencia. Lo plasmado en el lienzo será lo que sientes, lo que anhelas o fantaseas en la realización de tu vida. Toma el pincel ( tu fuerza interior) el lienzo (tu vida) la pintura (tus sueños) y comienza a plasmar lo que verdaderamente eres.

Comparte lo mejor de tu expresión humana. La exquisitez de tu alma puede ser aliento para otras personas.

 

 

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