CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Pregunta del lector: Las mujeres solo se consideran liberadas en lo que les conviene. Para otras cosas siguen iguales. Buscan un hombre que las mantenga y les resuelva las cosas. ¿Cree que siguen aprovechándose de los hombres?

Respuesta de la terapeuta: La generalización no es justa. Muchas mujeres han logrado vencer las barreras ideológicas patriarcales; han ido alcanzando mejores oportunidades de igualdad y derechos.

La mujer ha logrado superar el techo de cristal. No se deja atrapar por los estereotipos de género rígidos que la replegaban al ostracismo, que le impedían llevar una agenda pública exitosa y de méritos obtenidos por sí misma.

Tanto la mujer como el hombre han tenido que venir haciendo cambios en las configuraciones mentales, incluyendo sus sistemas de creencias. Los roles femeninos y masculinos han estado cuestionados durante décadas.

Ambos han seguido experimentando ajustes en las nuevas demandas de las estructuras sociales, laborales, culturales que han dado como resultado nuevas tipologías de familias.

Contamos con familias cuya jefatura es femenina, familias homosexuales, lésbicas, con padres emigrantes, familias con un miembro extranjero, entre otras. Estas nuevas representaciones de la familia contemporánea no han ocurrido de la noche a la mañana, sino por las exigencias impuestas por los mismos cambios que han asumido los individuos.

Estas familias no necesariamente son disfuncionales por sus estructuras e idiosincrasias.

Todas y todos hemos tenido que hacer cambios. Las nuevas generaciones atraviesan su proceso de desarrollo en un contexto novedoso para nosotros, pero muy conocido para ellos.

Ahora bien, no todos están listos para hacer estos ajustes de cambios de estereotipos y de nuevas configuraciones en las relaciones de parejas y familiares. Les tomará más tiempo comprender esta realidad social.

No se puede dejar de lado que todo proceso social, cultural, ideológico requiere de un desmonte gradual. Las personas cambian y se adaptan en la medida que perciben que su estabilidad y la de su familia no están en riesgo.

Esto no es exclusivo de un género, sino de personas.

El hombre también debe auto observarse y cuestionarse cuáles ajustes ha estado hacien do de acuerdo a estas nuevas exigencias, donde los roles de género están siendo cuestionados.

Las críticas no deben estar enfocadas solo en la mujer, sino, también en el hombre. Los dos forman parte del mismo proceso y con igual participación.

La evolución es de todas y todos.

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