CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta del lector
: ¿Qué opinión le merece que las niñas anden vestidas como si fueran mujeres? Visten muy provocativas. Se pintan antes de tiempo, usan tacos, carteras que no son para su edad. Cualquiera las puede confundir como de más edad.  Para mí eso es un problema serio. ¿Y para usted?

Respuesta de la terapeuta: La humanidad está en cambio constante, da saltos históricos inducidos por las guerras, las religiones, la economía.

Nadie se escapa de estos procesos. Estemos de acuerdo o no, nos impactan de alguna forma. Cuando la persona se da cuenta que su pensamiento o estilo de vida ha cambiado, es porque hace tiempo ocurrió. Es gradual, se pueden oponer pero se sucumbe ante ellos.

Las niñas no escapan al negocio de la moda. Antes, la forma de vestir marcaba la edad, la etapa de transición. Se podía distinguir por su vestimenta si era una niña, una adolescente o mayoría de edad.

Existía en ellas un anhelo para alcanzar una determinada edad para usar un tipo de prenda de vestir, tacones, maquillajes, sacarse o depilar  las cejas o las piernas. O hacer un tratamiento de pelo para alisarlo. Las niñas no pasaban por procesos químicos que les provocaran un posible daño a su salud.

Hoy todo esto quedó en el pasado. Ahora las niñas, cada vez con más anterioridad a la adolescencia, tienen comportamientos  que no se corresponden con edad.

El negocio de la moda promueve vestimentas que aparentan ser mujercitas. Lucen muy eróticas, con un lenguaje muy seductor. Esta apariencia entra  en contradicción con su madurez mental e incluso madurez biológica para enfrentar los desafíos que les pueden acarrear estas conductas.

Las niñas, la moda, los medios de comunicación, la tolerancia de los padres, permiten, aceptan, desafortunadamente, que sean objetos de deseos cuando en realidad todavía no tienen conciencia, la madurez  de ser sujetos de deseos.

Las fronteras psicológicas entre las edades se van esfumando. Ni los padres ni ellas se dan cuenta dónde está el límite entre una edad y otra.

Los padres no saben, en su mayoría, cómo actuar ante esta situación. Otros temen al enfrentamiento si se oponen.

Otra brecha que se reduce cada vez más,  la de la madre queriéndose parecer a la hija adolescente y la hija querer parecerse a la madre.

Los límites son confusos.  O bien, no existen.

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