Consultorio de Familia

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Soraya Lara de Mármol

Pregunta de la lectora: Hace unos días, me asaltaron con un arma blanca. Me robaron la cartera. Todavía no supero el miedo. Pensar que tengo que salir, me paraliza. El acontecimiento se repite en mi memoria con cada detalle, como una película continua. He tenido pesadillas. Cada vez que veo o escucho una motocicleta, me asusto tanto como cuando ocurrió el hecho. ¿Cree que lo superaré pronto?

Respuesta: Las personas que sufren asaltos a mano armada son más propensas a presentar síntomas de estrés postraumático, los que pueden variar en duración e intensidad.
Estos síntomas pueden durar unos días y pueden llegar hasta un mes. Si el malestar persiste en intensidad y duración, es probable que requiera de acompañamiento y orientación para superarlo. Usted vivió una experiencia que puso en riesgo su integridad física.
Si a través de los medios de comunicación observa asaltos similares es probable que recuerde lo ocurrido y reviva el malestar. Igualmente pasaría si conversa con alguien que experimentó lo mismo. La sensación de incontrolabilidad aumentaría su ansiedad.
Otros síntomas que podría presentar son los pensamientos intrusivos sobre el asalto, la cara del asaltante, qué le dijo, qué hizo con el arma contra usted, palpitaciones, sudoraciones, sentirse psicológicamente distante, perder el interés para divertirse, además, tener problemas de concentración, entre otros que son propios de estos casos.
Podría tener la sensación de inminente peligro, si percibe que el ambiente no es seguro.
Evalúe si persiste la sensación de encontrarse en un inminente peligro y el malestar que experimenta al percibirlo. La interpretación que le dé al suceso con el paso del tiempo puede constituirse en un componente que impediría su recuperación a corto plazo.
Su estilo de afrontamiento ante el suceso también dependerá de sus características particulares.Hay personas que no logran recuperarse solas y necesitan ayuda. Otras lo consiguen al cabo de unos días.
A pesar de las condiciones reales del evento y reconocer que el contexto en el que vive podría exponersela nuevamente al suceso, debe enfocarse en recuperarse del malestar para mantener su funcionalidad personal, social, familiar y laboral.
Busque orientación terapéutica si no ha logrado superarlo. Un especialista pueda ayudarla a controlar los síntomas y a reincorporarse a sus actividades cotidianas.
Su seguridad y sensación de integridad psicológica son fundamentales para su recuperación emocional y funcionalidad social.

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