Consultorio de Familia

Consultorio de Familia

Pregunta de la lectora: Mis amistades me dicen que se me está haciendo tarde para casarme y que se acerca la hora tope de mi reloj biológico para tener hijos. Este tipo de presión no me afecta, pero me pone a pensar. Además, entiendo que no es obligatorio casarse y tener hijos. No me siento frustrada por no haberlo hecho. ¿Está mal de parte mía?

Respuesta de la terapeuta: Cualificar su actitud como buena o mala no es mi atribución. Dependerá de lo que usted considere importante como referente de identidad de mujer, esposa y madre.
Cabe resaltar que la identidad de la mujer ha cambiado desde hace aproximadamente tres décadasen una proporción importante en la República Dominicana. El acceso a la educación técnica y universitaria, y las mayores oportunidades de trabajo han incidido en que la mujer posponga el matrimonio y la maternidad.
De igual manera, como ocurre en otros países de Occidente, América Latina y el Caribe Hispánico,las mujeres se perciben como personas con derechos a la educación, al trabajo y a la inclusión en los sectores políticos, lo que las convoca a un mayor interés por su autonomía y desarrollo personal.
Aunque la maternidad y el matrimonio son importantes para las mujeres, tienen claro que esto no las excluye de sus aspiraciones.
La sexualidad femenina se ha independizado del mandato procreativo. Las mujeres disfrutan de su sexualidad sin percibirse con la obligación social o el compromiso familiar de casarse y tener hijos.
Las mujeres han dejado de percibirse como frustradas e incompletas. Todo lo contrario, se sienten con mayor libertad para disfrutar de la vida, sus carreras, viajar, especializarse en su oficio o carrera, entre otras actividades de desarrollo y placenteras.
En la medida en que la mujer es más consciente de sus derechos y tiene mayor conocimiento y flexibilidad para adaptarse a los cambios actuales, menos se autopresiona. Tampoco se deja presionar.
Una de las características de las personas maduras es que asumen su propio criterio y, a pesar de las presiones externas, no reaccionan para complacer ni justificarse. Mujeres jóvenes, incluso, aspiran a tener entre uno y dos hijos.
Reconocen que es una falta de responsabilidad tener hijos en una sociedad costosa y riesgosa para sus hijos.
Vemos que el índice de natalidad ha bajado significativamente en muchas sociedades dado el empoderamiento de las mujeres y las campañas de control de la natalidad.
Autopresionarse es la peor opción.

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